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Jorge Eduardo Estrada
Ingeniero Civil. Universidad Nacional
Master of Science. Massachusetts Institute of Technology
Consultor y Miembro del Consejo Académico de CANDANE
jestrada@cable.net.co |
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UN POCO DE CIENCIA PARA TODO EL MUNDO, Claude Allègre, Ediciones Paidós Ibérica, 2005.
Allègre es un geoquímico francés de fama mundial, que en 1986 obtuvo el premio Crafoord, máximo galardón en su especialidad.
Amigo de Lionel Jospin desde la juventud, combinó su carrera científica con el activismo político como miembro del partido socialista francés. Siendo Jospin primer ministro de Francia, Allègre lo acompañó como ministro de educación de 1997 a 2000. Su continuación en el gobierno se vio truncada por un enfrentamiento con los sindicatos de maestros que lo obligó a dimitir.
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Para Allègre la actitud ante la ciencia es un problema que no se puede ignorar. La ciencia nos permite conocer cada vez mejor el mundo en que vivimos; a través de la tecnología nos proporciona avances que nos permiten disfrutar de ventajas que hace unos pocos años eran inimaginables; impulsa positivamente la economía para lograr un nivel de vida mejor y, sin embargo, es cada vez más ignorada y hasta condenada por el gran público.
Es así como en un mundo moldeado por la racionalidad, la irracionalidad tiende a tomar el poder, como lo muestra el éxito sin precedentes de astrólogos, cartománticos, videntes y quienes explotan muchos temas esotéricos.
Lo que explica esta situación es, principalmente, que los científicos se han aislado del público debido a la, cada vez mayor, necesidad de especialización, con lo cual la ciencia y la cultura popular se han ido distanciando. Esta es una situación inaceptable para Allègre, quien considera que no puede haber cultura en el mundo de hoy que mantenga alejada a la ciencia.
Consciente de este problema, después de su paso por el gobierno, Allègre se sintió obligado a hacer algo para remediarlo, siendo este libro el resultado de su esfuerzo.
El propósito de Allègre es poner al alcance de todo el mundo los grandes logros de la ciencia, incluyendo los más difíciles. No es un libro técnico ni un libro de texto, sino un libro de cultura general que pretende hacerse accesible a la gente bien intencionada del siglo XXI.
Por ser la física la base de las demás ciencias, y las matemáticas su lenguaje privilegiado, estos son los temas que ocupan la mayor parte del libro, pero también trata la biología, que para Allègre será la gran disciplina científica del siglo XXI, y el estudio de la tierra, algo afín a su especialidad. El enfoque que le da a la biología es explorarla 'al revés', es decir, partiendo de su punto focal, el ADN, en donde convergen su pasado y su futuro.
El éxito de este libro en Francia fue tal que en 2006 Allègre publicó una continuación con el título 'Un peu plus de science pour tout le monde', todavía no publicado en castellano, en la cual trata varios de los temas que no tuvieron cabida en la obra original: la mecánica cuántica (capaz de desconcertar a los más furibundos aficionados a los temas esotéricos), la biología molecular, los isótopos, el caos y el estudio del cerebro, entre otros.
La integridad científica de Allègre se niega a transigir con el oportunismo político. Durante el lanzamiento de la campaña del partido socialista a la presidencia de Francia, se negó a apoyar una condenación al calentamiento global, orquestada con la presencia de Al Gore y la presentación de su documental sobre el tema, argumentando que este fenómeno puede corresponder a causas naturales y no hay nada que permita afirmar con seguridad que es provocado por la acción del hombre. También discrepó de la oposición de la candidata Ségolène Royal a la energía nuclear (Francia es el país que más genera electricidad en plantas nucleares, el 78% del total), a los organismos modificados genéticamente (única posibilidad de salvar la agricultura francesa según Allègre) y a la utilización de las células madre en medicina. Estas posiciones, adoptadas por la cúpula del partido, llevaron a Allègre a anunciar el pasado agosto su retiro del partido socialista después de 34 años de militancia, por considerar que su plataforma actual es enemiga del progreso. ¿Será ésta una nueva oportunidad para que Sarkozy refuerce su gobierno con otro ex-socialista? |
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¿EXISTE LA SUERTE? ENGAÑADOS POR EL AZAR, 2ª Edición, Nassim Nicholas Taleb, Editorial Paraninfo, 2006.
Taleb, quien prefiere usar el gentilicio levantino en vez de libanés, es miembro de una familia de origen griego (vía Alejandría), que fue muy importante en el Líbano y cuya fortuna e influencia fueron víctimas de la guerra civil que azotó ese país a partir de 1975.
Educado en Estados Unidos (MBA de la Warthon School de la Universidad de Pennsylvania) y Francia (Doctorado en matemáticas financieras de la Universidad de París) ha ocupado posiciones importantes en varias entidades financieras de primera línea, especialmente en los Estados Unidos. |
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Su experiencia en el sector financiero lo familiarizó con la operación y el manejo del riesgo en fondos de cobertura, derivados y otros instrumentos financieros complejos. En esta actividad nació su desconfianza en las herramientas estadísticas que han sido tradicionales en la academia y surgió su enfoque empírico, escéptico y anti-matemático que se resume en el concepto de que el pasado no puede usarse para predecir el futuro.
Para Taleb, la naturaleza humana busca instintivamente causas donde no las hay, y justifica muchas decisiones con cifras en las que encuentra la confirmación de sus deseos (lo que corresponde a la expresión popular de 'pensar con el deseo'), pero que realmente no indican ninguna tendencia.
La gran cantidad de actores en los mercados financieros garantiza que siempre habrá algunos que tienen éxito. Es en éstos en los que se concentra la atención del público, y ellos mismos se convencen de lo acertada que ha sido su forma de proceder y contribuyen a perpetuar la idea de uno de los pioneros de la minería de datos de que “hay que torturar los datos hasta que digan la verdad”.
La principal conclusión de Taleb no puede ser más sorprendente: la mayoría de los éxitos en las bolsas de valores son resultado del azar y no de aplicar estrategias acertadas. La sicología humana es fruto de un proceso evolutivo que buscaba la supervivencia en las planicies africanas, donde surgieron y se desarrollaron los primeros humanos; donde no se podía dedicar mucho esfuerzo a la toma de decisiones porque la velocidad de reacción era la diferencia entre encontrar sustento o servir de sustento, y no está preparada para descifrar fácilmente las complejidades de un mundo como el de Wall Street.
Realmente no todos los éxitos en el mercado de valores se deben al azar. Taleb reconoce que algunos inversionistas, como George Soros (a quien admira por su habilidad en los mercados pero critica por sus devaneos con la filosofía) y el mismo Taleb, han entendido realmente la imposibilidad de predecir el futuro y han encontrado maneras de minimizar los riesgos y asegurar enormes utilidades. Estos inversionistas buscan eventos poco probables 'inversos' (es decir, favorables) y para ellos la volatilidad muchas veces es portadora de buenas noticias: pierden frecuentemente, pero en pequeñas cantidades y ganan raramente, pero en grandes cantidades. A quienes proceden de esta forma los llama cazadores de crisis.
En el libro, Taleb describe cómo uno de sus primeros jefes, un playboy francés obsesionado con riesgos de todo tipo a quien llama Jean-Patrice, quiso forzarlo a crear un plan alterno en caso de que un avión se estrellara contra el edificio en donde la firma tenía sus oficinas en Manhattan. A Taleb le pareció absurda la exigencia y se ingenió cómo evadirla. Con el tiempo se dio cuenta de que nada es absurdo y cita frecuentemente a David Hume “Ningún número de observaciones de cisnes blancos permite inferir que todos los cisnes son blancos, pero la observación de un solo cisne negro es suficiente para refutar esa conclusión”. La fecha de publicación de este libro no pudo ser más apropiada: el libro apareció una semana antes del 11 de septiembre de 2001. Los ataques de ese día causaron enormes daños en el sector financiero de Manhattan, afectando muchas firmas de gran trayectoria en el mercado de valores, algunas de las cuales no sobrevivieron.
La escasa admiración de Taleb por los periodistas no aumentó cuando, después del 11 de septiembre, lo llamaron insistentemente para preguntarle cómo había hecho para predecir el atentado.
Taleb tiene un estilo irreverente que algunos encontrarán arrogante, pero que revela sus múltiples intereses culturales y su gran erudición. Las principales víctimas de sus dardos son los periodistas, los economistas, los franceses, los que tienen título de MBA (como él) y los dentistas. |
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