¿Por qué Antonio Meucci?
Yolima Andrea Díaz Chaparro

Editorial

Aseguramiento de la Calidad en la Información Estadística Un estudio de caso
Ernesto Rojas Morales

Reflexiones Sobre los Fundamentos de los Indicadores
Jesús Romo y García

Las Actividades del Instituto Nacional de Estadística de España en el Marco del Sistema Estadístico Internacional
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Propuesta de Creación de una Red de Transmisión del Conocimiento Para la Formación en Estadística Oficial en América Latina y el Caribe
Angela Vivas Martínez

Los Esquemas Internacionales Dentro de la Estrategia del Candane Para la Implementación y Desarrollo de la Certificación de la Calidad de la Información Básica
Diego Raúl Barrios Lequerica

El proceso de certificación del sector transporte
Comisión de Expertos Independientes

La importancia de la Calidad de la Información
Jesús Domingo Aleixandre, miembro de la CEI evaluadora del subsector Transporte.

Informe de Evaluación del IPC-98 e IPP
Comisión de expertos independientes

Las Caras de la Moneda
Entrevistas a Mauricio Cárdenas y Hernando Torres Corredor

El Sistema Colombiano de Difusión de Información Básica Colombiestad
Carolina Gutiérrez Hernández

Calidad Estadística en el Contexto
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Evaluación de Calidad de los Datos Estadísticos
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El enfoque costo-calidad para el mejoramiento del proceso de producción estadística
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Prensa-Libros
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Cine Tecnología y Sociedad
Yolima Andrea Díaz Chaparro

Sudoku
Pedro José Fernández Ayala

Separata

Yolima Andrea Díaz Chaparro
Comunicadora Social- Periodista. Universidad Central Profesional Universitario
Dirección de Difusión, Mercadeo y Cultura Estadística
yadiazc@dane.gov.co

Desde que la industria cinematográfica logró su masificación siempre ha encontrado adeptos a un género que proporciona aceleración respiratoria y cardiaca en cada una de sus escenas.

Es el denominado género de terror, el cual se encuentra directamente ligado al desarrollo de la novela de este tipo de los siglos XVII y XVIII, alimentada, a su vez, de los mitos y leyendas difundidas por la tradición oral que daban cuenta especialmente de los vampiros, hombres lobos y monstruos de diferentes características dependiendo de la región que propagaba el relato.


La primera película de este tipo fue “Frankenstein”, realizada por Wallace MacCutcheon en 1902, no obstante, el arquetipo del terror en la cinematografía empieza a desarrollarse con los recursos narrativos propios del impresionismo alemán, el cual se caracteriza por la utilización del “claro oscuro” en el ambiente y el exceso de niebla que le da una apariencia de penumbra. Con la película “Nosferatu” de F.W Murfau (1922) se cumplió su intención de crear lúgubres ambientes, junto con cintas como: “El Jorobado de Notre Dame” de Wallace Worsley (1923) y “El Fantasma de la Opera” de Rupert Julian (1925) pese a la limitación del cine mudo.

Los intensos estímulos que una producción de este tipo puede ocasionar en el espectador, sobre la base de su naturaleza ocultista; los hechos directamente relacionados con el mundo de los muertos; personajes que dominan y controlan la mente, que se apoderan de la personalidad y de aspecto monstruoso, han seducido a importantes realizadores y actores a lo largo de su evolución como género cinematográfico.

Tras la figura del conde transilvano “Drácula”, inspirado en la novela de Bram Stoker, se ha generado al menos una docena de versiones; Nosferatu desencadenó una demanda por parte de los herederos del autor, lo que llevó a la destrucción parcial de las copias de la película. En 1931, esta leyenda creó la mítica representación del actor húngaro Bela Lugosi en la cinta “Drácula” dirigida por Tod Browning; John Carradine. En “La Casa de Drácula” de 1945, Christopher Lee en “Drácula” de 1958 del director Terence Fisher y Klaus Kinsky en “Nosferatu Fantasma de la noche” de Werner Herzog dieron, de forma singular, vida al mítico vampiro. En 1992 Francis Ford Coppola construye magistralmente su versión de la novela con un elenco de estrellas entre ellas; Keanu Reaves, Winona Rider y Anthony Hopkins; Gary Oldman encarna al enigmático personaje oriundo de Transilvania.

El progreso de estas películas se fue nutriendo con la recreación de los temores infundados por creencias populares, un aterrador maquillaje y la exageración de los escenarios creados como locaciones de las cintas.

De allí se derivan personajes como Frankenstein, surgido de la imaginación de la autora inglesa Mary Shelley, quien es la creación de un prominente médico decidido a dar vida uniendo partes de cadáveres, la cual ha sido llevada a la pantalla grande en varias ocasiones. Una de sus adaptaciones la hizo el director James Whale en 1931 dando a conocer a su más memorable intérprete: el actor Boris Karloff. Luego de “La Novia de Frankenstein” y “La Maldición de Frankenstein” de Terence Fisher (1957), quien desarrollaba los proyectos de la más importante productora de cine de terror, la Inglesa Hammer, entre otras, en 1994 Kenneth Branagh realiza “Frankenstein de Mary Shelley” con Robert de Niro quien da vida a la incomprendida criatura.

Uno de los más recordados directores de películas de misterio de bajo presupuesto, especialmente de las adaptaciones de los cuentos del escritor Edgar Alan Poe, fue Roger Corman; filmes como: “House of Usher” (1960), “The Pit and the Pendulum” (1961), “Premature Burial” (1962), “Tales of Terror” (1962) “The Raven” (1963), “The Masque of the Red Death” (1964) “The Tomb of Ligeia” (1964), entre otras, fueron protagonizadas por el actor Vincent Price consolidándolo, de esta forma, como intérprete de filmes de suspenso psicológico.

El considerado maestro del suspenso Alfred Hitchcock, aportó a este género dos obras memorables: “Psicosis” (1960) basada en la obra Psyco de Robert Bloch, protagonizada por Janeth Leigh y Anthony Perkins, la cual entregó a la historia de la cinematografía uno de los más famosos psicópatas, Norman Bates, quien asesina a la joven Marion Crane en una escena memorable en las películas de este género: un cuchillo acercándose lentamente a la duchadonde está la victima, ambientado por la música de Bernard Herrmann y, “Los Pájaros” protagonizada por Tippi Hedren que cuenta la historia del raro comportamiento de unos cuervos que logran sembrar el terror en una pequeña población.

El evidente miedo, basado en las posesiones sobrenaturales, desembocó en los estrenos de “La semilla del diablo” (1968) de Roman Polanski y “El exorcista” (1973) de William Friedkin las cuales otorgaron una muestra escalofriante de una posesión demoníaca, especialmente la segunda cinta, que es considerada como una de las mejores películas de terror de todos los tiempos, por sus novedosos efectos, la temática planteada y la convincente actuación de la joven actriz, Linda Blair, como la niña poseída.

En 1974, el director Tobe Hooper, dio vida al escalofriante psicópata “Letherface”; a su particular motosierra y a su singular familia caníbal en la cinta “Masacre en Texas”, basada en la historia real de Ed Glein quien en 1957 asesinó a tres mujeres, profanó cientos de tumbas en Wisconsin y con la piel de los cadáveres, confeccionaba lámparas y collares. Este hecho, sumado a la insana relación con su madre, inspiraron los asesinos de “Psicosis” y “El Silencio de los corderos” (1991) de Johnatan Denne.

Esta cinta, considerada hoy en día como un filme de culto para los fanáticos del terror, ha logrado inspirar varias secuelas:“La historia real de la masacre de Texas (II parte)” (1986) protagonizada por Dennis Hooper; “Leatherface: La masacre de Texas III” (1990) con la participación de Viggo Mortensen; “El regreso de la Masacre de Texas” (1994), donde actúan la ganadora del Oscar Renée Zellweger y Mattew McConaughey en el inicio de sus carreras y “La Masacre de Texas: el inicio” (2006) es protagonizada Jordana Brewster y Taylor Handley.

Gregory Peck en 1976 protagonizó “La Profecía”, de Richar Doler; allí encarna a un prominente político decidido a terminar con la existencia de su supuesto hijo, luego de descubrir que éste es en realidad es l anticristo. Esta cinta tuvo una nueva versión en el 2006.

La crueldad se convirtió en una motivación comercial para la realización de películas. En la década de los ochenta se dio origen al denominado terror adolescente con ejemplos como “Halloween” de John Carpenter (1978), en donde un psicópata llamado Michael Myers decide asesinar a su comunidad; en esta producción aparece Jaime Lee Courtis. Este personaje, junto con Jason Vorhess de “Viernes 13” y Freddy Krueger de “Pesadilla en ELM Street”, la cual contó con la participación de Johny Deep en su primera versión, hacen parte del denominado sub género de horror “body-counting” o de cantidad de cadáveres resultantes.

Stanley kubrick no podía estar al margen del terror cinematográfico: en 1980 estrenó “El Resplandor”, basada en el libro homónimo de Stephen King, con Jack Nicholson como protagonista. Esta cinta contempla la asociación del pánico con los lugares y la mente y es considerada como la película maldita de Kubrick por su fracaso en taquilla y los eventos extraños adjudicados a la película. Estos mismos sucesos se imputaron a “Poltergeist” (1982) de Tobe Hooper, producida por Steven Spilberg la cual repite la influencia de los lugares, los poderes y el terror, desplegando un conjunto impresionante de efectos especiales; para algunas personas la muerte de dos de sus protagonistas tiene directa relación con el filme.

En busca de innovaciones en el cine de terror, los productores empezaron a crear cintas con las más inverosímiles criaturas, como niños poseídos por extraños entes en “Los niños del maíz” (1984) de Fritz Kiersch; zombies en “El Regreso de los muertos vivientes” (1985) de Dan O'Banoon y reencarnaciones de asesinos en muñecos como “Chucky el Muñeco diabólico” (1988) de Tom Holland, payasos, nieblas, agua, televisores, puertas hacia otras dimensiones, duendes, brujas, entre otros, que eran capaces de desarrollar las más terroríficas situaciones para los espectadores.

La década de los noventa impuso las historias en torno a grupos de jóvenes asechados por psicópatas como el caso de “Scream” (1996) de Wes Craven, la cual contó un reconocido elenco (David Arquette, Neve Campbell, Courteney Cox, Skeet Ulrich, Rose McGowan, Matthew Lillard, Jamie Kennedy, Drew Barrymore) pasa por las más espeluznantes y sangrientas situaciones, ocasionadas por un desequilibrado que utiliza el teléfono y su máscara para acorralar a los miembros del grupo y posteriormente asesinarlos; esta cinta generó dos cintas más. Similar tratamiento aportó: “Sé lo que hicieron el verano pasado” (1997) de Jim Gillespie, en donde un llamativo elenco de figuras juveniles (Jennifer Love Hewitt, Sarah Michelle Gellar, Ryan Phillippe, Freddie Prinze Jr., Bridgette Wilson y Anne Heche) huye de un psicópata, víctima de un “aparente” crimen que el grupo comete como consecuencia de un accidente automovilístico - la historia generó dos versiones más-. Y “Leyendas Urbanas” (1999) con la participación de Eva Méndes entre su reparto- la cual dio para una cinta más-.

El nuevo siglo y los medios de comunicación aportaron su cuota al terror audiovisual; el Internet dejó correr entre sus páginas “aparentes” agresiones reales filmadas sin efectos especiales, con fines comerciales, a lo que se denominó como “Snuff”. Aunque esta modalidad se designa como especulativa, para las productoras de terror japonés constituyó una idea para basar sus películas. De esta forma nace el “Gore” o “Splatter” que recrea la naturaleza del snuff de forma ficticia con la utilización de efectos especiales.

Basados en este principio y en el terror psicológico, la industria del terror japonés se convirtió en pionera de este género cinematográfico; cintas como “Ringu” y “Dark Water” de Hideo Nakata; “Audition” de Takashi Miike; “La Maldición” y, “El Grito” de Takashi Shimizu, marcaron una pauta en el esquema de las cintas de horror. Estas películas inspiraron versiones norteamericanas; “The Ring” con Naomi Wats, “Dark Water” con Jennifer Connely, “The Grudge” con Sarah Michell Gellard, entre otras producciones, presentaron al mundo comercial el nuevo arquetipo del terror actual.

Cintas como “Saw” (2004) de James Wan y “Hostel” (2006) de Quentin Tarantino, entre otras cintas, son claros ejemplos de la influencia del “Gore” en el cine de terror norte americano. Incluso la cinta nacional “Al final del espectro” (2006) de Juan Felipe Orozco, posee una gran influencia de los personajes creados por el suspenso psicológico del cine japonés.

Aunque este género cinematográfico no posea una inmaculada elaboración, ni una rigurosa y profunda preparación en los diálogos de sus protagonistas, ni se esmere por contar con un importante diseñador en la creación del vestuario de los personajes, seguirá creando nuevas formas de aterrorizar al espectador para lograr jugosas ganancias en la taquilla, como lo ha hecho, año tras año, desde que se descubrió que el ser humano siente un gran encanto por la sensación de temor momentáneo e irreal.