¿Por qué Leonardo Da Vinci?

Algunas reflexiones sobre el Censo 2005 en Colombia
Ernesto Rojas Morales

El Censo General 2005: Un proyecto con enfoque sistémico
Luis Hernando Páez Carrero

La Nueva Estadística
Pedro José Fernández

Proyecto Certificación de Calidad de la Información Básica
Jorge E. Tarazona

Datos dependientes del tiempo
Nicolás Dib

Las caras de la moneda

La Encuesta COCENSAL en el Censo General 2005
Angela Luna Hernández

Afrocolombianos y el Censo 2005
Juan Pablo Estupiñán

Pueblos indígenas de Colombia y su inmersión en el proceso censal
Rafael A. Montero

Estrategia de producción de cartografía básica como contribución a la plataforma de información geográfica de Colombia
Iván Darío Gómez

Racionalización Normativa
Juan Carlos Malagón.

Los sistemas estadísticos en España y la Unión Europea
Pilar Martín-Guzmán

El Modelo EFQM mas allá del ISO 9.000 Andrés Carrión
Fundamentos, programas y retos de la sociedad de la información en Colombia
Santiago Montenegro Trujillo

Estadísticas para los Objetivos del Milenio
José Luis Cervera Ferrri

Prensa - Libros
Jorge Eduardo Estrada

Cine Controversial. Antecedentes siglo XX y filmes polémicos de hoy
Yolima Andrea Díaz

Sudoku
Separata

Jorge Eduardo Estrada
Consultor y Miembro de Consejo Académico de CANDANE
Ingeniero Civil. Universidad Nacional
Master of Science. Massachusetts Institute of Technology
jestrada@cable.net.co

FREAKONOMICS, un economista políticamente incorrecto explora el lado oculto de lo que nos afecta, Steven D. Levitt y Stephen J. Dubner, Ediciones B, Barcelona, abril 2006.

La edición en inglés de este libro ha sido un best seller, a pesar de que su nombre (freak significa anormalidad, monstruo) sugiere más temas de horror que aplicaciones serias del juego de herramientas de todo buen estadístico o econometrista.

Levitt es profesor de economía en la Universidad de Chicago, ganador del premio concedido por la American Economic Association al mejor economista menor de 40 años y es quien realmente ha concebido los temas que se exponen en el libro. Dubner, un escritor que publica frecuentemente en la revista del New York Times, es quien inicialmente trató en esa publicación algunos de los resultados de Levitt y, ante la acogida, tuvo la idea de escribir el libro.

El tema que despertó el interés inicial del público tiene que ver con el notorio descenso de la criminalidad en los Estados Unidos durante la década de los noventa. Para explicar este descenso, que en varias ciudades importantes llegó a superar el 50%, se acudió a causas como el crecimiento económico, la pena de muerte y la mayor efectividad de los cuerpos de policía. Levitt encontró una explicación que se acomoda mucho mejor a los datos disponibles y ésta es la legalización del aborto en todos los Estados Unidos por decisión de la Corte Suprema, en 1973.

En 1974 hubo 750.000 abortos legales en los Estados Unidos, para 1980 la cifra era de 1.600.000. Es claro que la mayoría de las mujeres que tomaron esta decisión eran adolescentes sin mayor educación ni recursos, exactamente el tipo de persona cuyos hijos hubieran crecido sin control ni educación, en el ambiente de los barrios marginales. Para 1990 los hijos de quienes decidieron abortar en 1973 habrían cumplido 17 años y entrarían en la época más peligrosa desde el punto de vista de la criminalidad.

Para confirmar su hipótesis, Levitt acumuló abundante evidencia estadística: la criminalidad empezó a descender primero en los estados que habían legalizado el aborto antes de 1973; las mayores reducciones se lograron en los estados que registraban el mayor porcentaje de abortos.

Durante la polémica que se registró hace algunos meses en Colombia con el tema del aborto,sorprende no haber encontrado ninguna referencia al estudio de Levitt que, sin duda, hubiera proporcionado material a los medios de comunicación para aumentar la estridencia de sus pronunciamientos. Parecía prudente concluir que la edición original en inglés (la edición en castellano es muy reciente) no atrajo a ninguno de quienes estaban a favor del tema (los que estaban en contra, sí lo leyeron, se cuidaron mucho de mencionarlo); esto es una lástima porque el libro contiene un material apasionante que abre los ojos acerca del aprovechamiento de los registros administrativos, para encontrar las causas de muchos de los problemas que afectan a la sociedad.

Pero el libro no se limita al tema del aborto, contiene otros que sugieren que la habilidad de Levitt no se limita a su juego de herramientas matemáticas, sino que también tiene que ver con su capacidad de plantearse preguntas que a muy pocos se les ocurren. Para ilustrar este punto cabe mencionar el estudio del sumo.

El sumo más que un deporte es un aspecto cultural y casi religioso del Japón, está rodeado de un ritual que sugiere los más altos valores morales y quienes se destacan adquieren una aureola de superhombres. En el sumo existe una serie de categorías que se van escalando hasta llegar a alcanzar la cúspide que convierte al afortunado en algo así como el Ronaldinho de este deporte. Los mecanismos para ascender y descender en las categorías están perfectamente formalizados y la organización que maneja esta actividad mantiene, desde hace muchos años, registros que permiten determinar los resultados de todos los encuentros de cada uno de los competidores. El estudio de estos registros le permitió a Levitt concluir que en el sumo se hace trampa, lo que no cayó nada bien en el Japón, aunque está respaldado hasta la plenitud por la información disponible, que en este caso es sumamente completa.

Otro tema es el de los agentes de finca raíz. Una persona ocupada tiende a suponer que la mejor alternativa para vender su vivienda es contratar una agencia de finca raíz, la cual se encargará de avaluar el inmueble, investigar las condiciones del mercado inmobiliario en el vecindario, preparar y publicar los avisos, mostrar la residencia, negociar con los interesados y establecer que una oferta es favorable y conviene aceptarla; además, la comisión que recibirá la agencia será proporcional al precio obtenido y constituye un claro incentivo para buscar la mejor oferta posible.

Con el fin de verificar la validez de esta suposición, Levitt analizó varios años de registros de transacciones de finca raíz en el Estado de California. Como no basta disponer de información abundante y detallada, sino que hay que saber plantear las preguntas que se van a cotejar con esa información, basó su estudio en que los agentes de finca raíz eventualmente también se encuentran con la necesidad de vender sus propias viviendas. Al analizar estos registros encontró que, en general, los agentes obtenían un precio 10% más alto que el que recibían por propiedades de sus cliente de características similares, y que ese precio se alcanzaba porque sus viviendas permanecían en el mercado 10 días más que el resto. Esto es lógico si se tiene en cuenta que la comisión es sólo un pequeño porcentaje del precio y que el agente tiene que compartirla con la agencia; en cambio, casi todo lo que pueda obtener de más en la venta de su vivienda, va a parar a su propio bolsillo. Cuando se trata de la vivienda de un tercero, un aumento del 10% en la comisión puede no compensar el esfuerzo y el costo de mantener el inmueble 10 días más en el mercado y motiva que el agente presione al propietario para que acepte la primera oferta más o menos razonable que recibe.

Con estos tres temas los lectores pueden formarse una idea del contenido de un libro que se puede recomendar sin reservas. Ojalá su extraño título no sea causa de que la edición en español también pase desapercibida en nuestro medio.

COLAPSO, por qué unas sociedades perduran y otras desaparecen, Jared Diamond, Editorial Debate, Madrid, 2006.

Doctorado en fisiología en la Universidad de Cambridge, Jared Diamond es profesor de UCLA desde 1966 y su actividad ha sido tan multifacética, que está vinculado tanto con la Escuela de Medicina como con el Departamento de Geografía de esa Universidad. Algún gracioso ha sugerido, siguiendo el ejemplo de Nicolás Bourbaki, que el nombre Jared Diamond no designa una persona sino un comité.

En 1998, Diamond obtuvo el prestigioso premio Pulitzer con su libro Armas, Gérmenes y Acero. En esa obra hace una magistral descripción de la influencia de la geografía y el medio ambiente en el destino de las sociedades humanas.

Pero la mala suerte en la repartición de las ventajas geográficas no basta para condenar una sociedad al fracaso, ni la buena suerte asegura el éxito. La forma como las sociedades tratan el medio ambiente, resultado de su cultura, creencias y capacidad de adaptación, es otro factor determinante de su éxito o fracaso. En Colapso, Diamond nos presenta una serie de ejemplos de sociedades que fracasaron o tuvieron éxito en distintas épocas. Los ejemplos más recientes son contemporáneos y los más antiguos se remontan al primer milenio de nuestra era.

Colapso no es el resultado de un activismo estilo Greenpeace, en el que importa más el ruido que la seriedad de los argumentos. Diamond ha investigado cuidadosamente, durante muchos años, los temas que trata y los desarrolla en forma lógica y consistente, lo que termina por convencer al lector de lo inevitable de las consecuencias.

Un caso que muestra éxitos y fracasos de sociedades similares en circunstancias aparentemente comparables y que cubre desde el primer milenio hasta nuestros días, es el de los asentamientos escandinavos en Norteamérica, Groenlandia e Islandia.

De estos tres sitios, Norteamérica tenía las condiciones geográficas más favorables, pero los asentamientos escandinavos allí no duraron mucho, principalmente por la hostilidad de las tribus con que se disputaban el terreno y la lejanía del país de origen, del cual dependían para obtener muchos recursos.

En el caso de Groenlandia, la situación inicial fue mejor y establecieron varios asentamientos en los cuales pudieron llevar una vida muy similar a la que estaban acostumbrados. No había otros habitantes con los cuales competir y encontraron praderas que les permitieron establecer actividades de ganadería y lechería. Como la distancia del país de origen era mucho menor, mantuvieron contacto durante varios siglos y de allí recibieron no sólo recursos materiales sino espirituales, como los obispos, las imágenes y los textos religiosos que les facilitaba la práctica del cristianismo.

Pero la llegada de los escandinavos a Groenlandia ocurrió en una época en que el clima era inusualmente benigno. A medida que pasaron los años las condiciones se fueron deteriorando, las áreas cultivables se redujeron, los períodos en que el ganado podía pastar en las praderas se acortaron y la producción de forraje para alimentarlo durante el invierno se redujo hasta que ya no fue suficiente para mantener todos los animales y se vieron obligados a sacrificar algunos. El mal tiempo contribuyó a dificultar las comunicaciones con Escandinavia, lo que terminó por impedirles la importación de animales para cubrir los que eran sacrificados, hasta que, finalmente, la cantidad de hielo flotante hizo imposible toda navegación y la población murió, paulatinamente, de hambre.

Esto parecería un resultado inevitable dado el enfriamiento gradual, si no fuera porque después de los escandinavos, se establecieron en Groenlandia esquimales procedentes de Norteamérica, quienes no sólo prosperaron, sino que hoy siguen tan campantes.

A diferencia de los escandinavos que quisieron forzar el establecimiento en Groenlandia de una sociedad similar en todos sus aspectos a aquella con la cual estaban familiarizados, sin tener en cuenta las diferencias geográficas y ambientales, los esquimales estaban completamente adaptados a las condiciones extremas y dependían para su sustento y supervivencia de recursos en los que su nuevo hábitat era particularmente rico: la pesca y la caza de los grandes mamíferos polares. Es una ironía que en presencia de esta riqueza los escandinavos hayan muerto de hambre, pero en su cultura, el pescado y los productos derivados de mamíferos diferentes al ganado vacuno, simplemente, no se consideraban apropiados para el consumo humano. Los esquimales aprovechaban no sólo la carne sino la totalidad de los animales que cazaban: las pieles para confeccionarse ropa adecuada a las condiciones reinantes y para construir kayaks cuya maniobrabilidad les permitía moverse como peces entre los hielos flotantes; los huesos para elaborar diversas herramientas sin tener que depender de metal importado, y la grasa para utilizarla como combustible en lámparas.

Después de la llegada de los esquimales, era de esperarse que los contactos con los escandinavos hubieran servido para que éstos aprendieran lo mucho que los nuevos pobladores podían enseñarles. Desgraciadamente no fue así. Los escandinavos despreciaban a los esquimales como bárbaros paganos y los únicos registros que se conservan de sus contactos con ellos, se refieren a la extraña forma como la sangre brotaba de las heridas que les causaban en sus nada amigables encuentros.

En el caso de Islandia, la historia comienza con condiciones ideales para el establecimiento de una sociedad como la que existía en el sur de Noruega: el suelo era fértil y la mayoría de las especies eran similares a las que ya conocían; el clima era moderado por la corriente del golfo y los asentamientos iniciales empezaron a prosperar. Sin embargo, con el tiempo surgió un problema relacionado con la fragilidad del suelo: la fertilidad que encontraron inicialmente era el resultado de una acumulación de nutrientes durante siglos, al establecerse una actividad agrícola, acompañada de rebaños de vacunos, ovejas y cabras, se empezó a agotar rápidamente el suelo, el cual no alcanzaba a recuperarse, principalmente, por lo corta que era la estación en que podía crecer la vegetación.

En Islandia los escandinavos aprendieron de sus errores y asumieron una actitud extremadamente conservadora, y trataron de evitar todas las prácticas que eran evidentes que deterioraban el ambiente, pero también fueron reacios a adoptar otras que hubieran podido favorecerlos. A la larga, la economía se orientó a la explotación de los recursos marítimos abundantes en las aguas que rodean la isla. Hoy en día, la principal industria es la pesca y hay grandes aprovechamientos de energía hidráulica y geotérmica resultado, esta última, de la gran actividad volcánica que caracteriza la isla. El resultado neto es que el producto per cápita de Islandia es uno de los más altos del mundo, superior al de Francia o Alemania.