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Ciencia, tecnología e innovación en general
La ciencia, la tecnología y la innovación ocupan hoy un lugar preponderante
en las agendas de gobiernos nacionales e instancias internacionales ocupadas
con el diseño de políticas destinadas a impulsar el crecimiento económico y
el desarrollo social. La promoción de la investigación científica, el fortalecimiento
de los sistemas de innovación productiva, la gestión pública y privada
del conocimiento y la apropiación social de las bondades de éste, representan
hoy no sólo aspectos paradigmáticos del éxito socioeconómico de los países
desarrollados, sino además temas de un interés cada vez mayor en los países
en vías de desarrollo.
En el transfondo de este reconocimiento, se aprecia la transición, iniciada
hace tres décadas de una economía mundial de carácter eminentemente
industrial, hacia una cada vez más dependiente de los atributos productivos
de la información y su forma más elaborada: el conocimiento. Es importante
señalar que las nociones de ciencia, tecnología e innovación (CTeI) comprenden
un conjunto complejo de actividades sociales y organizadas, que si bien
remontan sus orígenes a los inicios mismos de la era moderna, no cobran la
importancia histórica que ostentan en la vida contemporánea, en el desarrollo
de las economías y en el avance de las sociedades hacia estándares de vida
más altos, sino a partir de la segunda mitad del siglo XIX, con el advenimiento
de la segunda revolución industrial.
Asimismo, a lo que se ha denominado “la tercera revolución industrial” –que
se origina en la ola de desarrollos científico-técnicos, desatada durante el último cuarto del siglo XX, como consecuencia de los avances logrados en los
campos de la electrónica, del hallazgo de nuevas aplicaciones para la transmisión
de datos y de la producción de materiales cada vez más moldeables a
la necesidad de miniaturizar piezas y componentes para la producción masiva
de computadores (notablemente el silicio)–, siguió la invención del semiconductor
y el microprocesador, hoy popularmente conocidos como “microchip”
y destinado a convertirse en la unidad dura (hardware) fundamental de una
nueva gran industria mundial, basada en el procesamiento y transmisión electrónica
de información.
Gracias a estos avances técnicos y al subsiguiente desarrollo de Internet,
desde el último cuarto del siglo XX se ha venido produciendo una paulatina
integración de los principales procesos económicos en el interior de, yentre los principales núcleos económicos del mundo, hasta entonces “conectados”
exclusivamente mediante el intercambio comercial de mercancías y la
prestación de algunos servicios complementarios a la industria tradicional. La
adquisición de computadoras capaces de realizar los cálculos y operaciones
rutinarios de las empresas y la contratación de un personal calificado para
idear y operar sistemas informáticos, de una parte, y la incorporación de una
infraestructura telemática integradora de los procesos de diseño de producto,
producción y distribución a nivel internacional, de otra parte, vieron nacer la
empresa tipo “red”, con altos niveles de productividad y flexibilidad ante las
exigencias cambiantes del mercado; y con ella, el ascenso del tercer y cuarto
sector de la economía (la información y el conocimiento, respectivamente)
como determinantes del crecimiento económico y el mejoramiento de los índices
de calidad de vida.
Consecuencias de este nuevo escenario económico hasta nuestros días, son
la profundización y aceleración de los flujos internacionales, ya no sólo de las
mercancías, sino además de todo un universo de servicios especializados,
incluidos los relacionados con el mercado de capitales, así como la mayor
importancia estratégica que representa la inversión en conocimientos y sus
aplicaciones productivas para las economías nacionales y bloques regionales
de integración.
Estadísticas de ciencia, tecnología e innovación
En Colombia, las instituciones públicas, el sector empresarial y la comunidad
académica han reconocido la urgencia de poner los aspectos de la ciencia y
la tecnología en los primeros lugares de la agenda nacional, en tanto que son
factores insustituibles de competitividad económica y desarrollo social. La discusión
en torno al papel de los gobiernos en la promoción de mayores y mejores
condiciones para la investigación científica, la innovación y el acceso democrático
a la información y al conocimiento, es hoy, y de cara al futuro, de la mayor
importancia para el país. La Ley 28 de 2007 establece un marco jurídico para
el desarrollo de la sociedad del conocimiento en Colombia y entre sus disposiciones
generales está incluir, como temas fundamentales para el desarrollo
del país, la ciencia, la tecnología y la innovación en las discusiones del Consejo
Nacional de Política Económica y Social (CONPES) y facultar al Gobierno nacional
para reestructurar el Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología.
La necesidad de información estadística que este nuevo escenario conlleva
para la toma de decisiones, desde la administración pública y la dirección de
las empresas en Colombia y en el resto del mundo, es apenas evidente. Los
referentes mundiales para suplir tal necesidad son un conjunto de textos, en
los que se explica la construcción, aplicación e interpretación de los indicadores
de ciencia y tecnología en las economías contemporáneas. Estos textos
son los de la “Familia Frascati”, producidos por la Organización para la Cooperación
en Desarrollo Económico (OCDE): Manual de Frascati, Manual de Canberra
y Manual de Oslo; y los manuales propuestos por la Red Iberoamericana
de Ciencia y Tecnología (RICyT): Manual de Bogotá y Manual de Santiago. El
Anuario Estadístico de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación,
la Ciencia y la Cultura (UNESCO) es también una referencia importante
sobre los tipos de indicadores de ciencia y tecnología y los modos de medición.
Estos manuales metodológicos cubren, entre otros aspectos: los recursos destinados
a investigación y desarrollo (I+D); la medición e interpretación de los
datos de la balanza de pagos de tecnología; la innovación; las Tecnologías de
la Información y la Comunicación (TIC); las patentes y demás registros de
propiedad intelectual; los productos y sectores de alta, media y baja tecnología
la literatura científica y técnica (indicadores bibliométricos); el potencialhumano en ciencia y tecnología; la planeación educativa; la educación internacional;
la capacitación (Cf. Martínez y Albornoz (eds.), 1998: 90)1.
Sobre la base de estos manuales y de las lecciones aprendidas de diferentes
países, el DANE realiza, desde el año 2005 y de manera bienal, la Encuesta de
Desarrollo e Innovación Tecnológica a la industria manufacturera colombiana
(EDITI) y la Encuesta de Desarrollo e Innovación Tecnológica al sector de Servicios
(EDITS), con las cuales se contribuye a caracterizar la dinámica de la
innovación que presentan las empresas colombianas, así como evaluar el éxito
de los instrumentos públicos de apoyo a la innovación en Colombia.
Con base en la experiencia adquirida en la medición de la innovación durante
más de un lustro, el DANE emprendió en 2009 un proceso de rediseño de
la EDIT, tanto para el sector manufacturero como de servicios, con base en
las mejores prácticas a nivel internacional y en las recomendaciones hechas
por un comité asesor externo conformado por expertos del área, con esto se
busca elevar la calidad y completitud de los datos. Estos avances en diseño de
medición ubicarán al DANE en niveles altamente competitivos con respecto a
otros países de la región latinoamericana y del mundo que realizan encuestas
de desarrollo tecnológico e innovación.
TIC en general y su medición estadística
Las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) como un fenómeno
de medición estadística, tema al que este número de la Revista ib ha sido
dedicado por entero, representa, dentro del conjunto de preocupaciones sobre
la ciencia, la tecnología y la innovación, un capítulo especial en la agenda de
trabajo de los gobiernos, en general, y de las instituciones de estadística, en
particular, en todo el mundo. Su mayor importancia para los países en vías de
desarrollo reside en que las TIC reúnen una serie de características que las
convierten en poderosos motores de desarrollo socioeconómico y en el puente
natural mediante el cual la denominada “brecha digital” con los países más
desarrollados tecnológicamente, puede ser reducida.
Las TIC abarcan el conjunto de instrumentos, herramientas o medios de comunicación
como la telefonía, los computadores, el correo electrónico y demás
herramientas que ofrece Internet, que permiten a las personas y organizaciones
intercambiar información y comunicarse entre sí. Precisamente, por ser
tecnologías de uso general, las TIC tienen una incidencia muy importante en la
economía de manera directa, como sector productivo que aporta valor al PIB,
e indirectamente, mediante las externalidades que se desprenden de su uso
generalizado en la sociedad.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD)
produjo el primer Informe sobre la Economía de la Información en el año
2006, y desde entonces ha venido realizando este ejercicio de análisis de las
tendencias en la adopción de TIC por parte de las empresas en los países
en vías de desarrollo, así como una exploración de las opciones y marco de
diseño de políticas públicas tendientes a promover el acceso, uso y aprovechamiento
de estas tecnologías (e-strategies o estrategias electrónicas) por
parte de la población. El informe más reciente fue publicado en 2009 y ofrece
un análisis especial sobre las oportunidades que ofrecen las TIC a empresas y
personas ordinarias durante los tiempos de crisis económica.
En el informe 2007-2008: Ciencia y tecnología para el desarrollo: el nuevo
paradigma de las TIC, la UNCTAD reconoce que la mayor influencia económica de las TIC consiste en introducir un nuevo paradigma en la configuración de las
actividades económicas y señala, entre sus bondades principales: una nueva
manera de organizar la producción y el consumo, que permite transacciones
a menor costo y una comunicación más veloz y efectiva; una democratización
del acceso y uso de la información, incluso en los países de menores recursos;
la creación de nuevos servicios entre los que cuentan el comercio electrónico,
los financieros y el gobierno en línea; la necesidad de nuevas competencias
educativas y capacitación entre la población; y la aparición de nuevas pautas
de intercambio de conocimientos y de producción social de nuevas ideas2.
En América Latina y el Caribe existen varias instancias que trabajan por la
armonización y articulación de la información estadística producida sobre las
TIC, en los países de la región, notablemente el Observatorio para la Sociedad
de la Información en Latinoamérica y el Caribe (OSILAC) de la CEPAL y del
Instituto para la Conectividad en las Américas – Centro Internacional de Investigaciones
para el Desarrollo (ICA-IDRC), junto con el grupo de trabajo sobre
estadísticas de TIC de la Conferencia Estadística de las Américas (CEA), también
de la CEPAL; el DANE, a través de la Dirección de Regulación, Planeación,
Estandarización y Normalización (DIRPEN) y el Comité Andino de Estadística de
la Comunidad Andina (CAN); y el Comité de Estadísticas de la Comunidad del
Caribe (CARICOM). Estos organismos han realizado aportes valiosos a la incorporación
y mejora de las técnicas de medición de TIC en los países miembros,
mediante la instalación de sitios web de consulta, la producción de compendios
de prácticas, manuales técnicos, estudios y documentos de análisis y la organización
de talleres y cursos regionales de capacitación.
Gracias a la cooperación internacional y a sus propios esfuerzos técnicos y
organizativos, el DANE ha actualizado oportunamente sus operaciones estadísticas
para producir información estadística sobre el uso y acceso a las TIC, por
parte de las empresas, hogares e individuos, de acuerdo con los parámetros
internacionales de calidad, oportunidad y comparabilidad.
Para el año 2001, el DANE ya había propuesto y realizado algunos ejercicios
piloto de medición sobre el acceso y uso de las TIC en distintos sectores económicos
y sociales; como es el caso del sector manufacturero, el de comercio
y servicios, los servicios de informática, postales y correos, los microestablecimientos
y el sector de educación. Si bien estos datos fueron un primer paso
hacia la incorporación de las técnicas de medición de TIC en Colombia, su perfeccionamiento
aún estaba por lograrse.
En 2003, en el marco de la Agenda de Conectividad del gobierno colombiano, el
DANE afianza el modelo de medición estadística de las TIC para Colombia. Este
documento ofreció una primera aproximación integrada a los aspectos conceptuales,
metodológicos y de interpretación de resultados más relevantes para el
país, donde se destaca la propuesta de los principales indicadores sobre TIC,
para los sectores productivo, educativo y de Estado y comunidad.
A partir de 2006, las recomendaciones internacionales más importantes sobre
la medición de TIC en empresas, hogares e individuos, fueron adaptadas por
el DANE a manera de módulos incluidos en las principales operaciones estadísticas
de temática económica y social, para garantizar que su producción se
realizara de manera periódica y sistemática. Las encuestas anuales Industrial
Manufacturera (EAM), de Comercio (EAC) y de Servicios (EAS) incluyen desde
entonces preguntas relacionadas con el grado de acceso y tipos de uso de las
empresas colombianas en relación con las tecnologías de la información y la
comunicación en el desarrollo normal de sus negocios. Asimismo, la Encuesta Nacional de Calidad de Vida y la Gran Encuesta Integrada de Hogares (GEIH),
realizadas en 2008, incluyeron preguntas relativas a las TIC.
Considerando todos los antecedentes y la experiencia acumulada por el DANE
en la medición sobre aspectos de ciencia, tecnología e innovación, es evidente
la importancia de hacer visible, de manera integrada, los esfuerzos
hechos por nuestra institución para satisfacer las nuevas necesidades temáticas
en el marco de la sociedad del conocimiento. Así, se concreta la publicación
de este número de la Revista ib, con el cual esperamos poder plasmar,
de manera extensa y completa, buena parte del trabajo realizado en
materia de TIC durante los últimos años, por parte del DANE y de los
usuarios especializados.
1 UNESCO (1998); Indicadores de ciencia y tecnología: estado del arte y perspectivas; Martínez y Albornoz editores, Caracas.
2 UNCTAD (2007). Information Economy Report 2007-2008. Science and technology for development: The new paradigm of ICT. <http://www.unctad.org/en/docs/sdteecb20071_en.pdf> (Consulta: 9 de abril de 2010). |