Introducción.
A medida que se consolida el paso hacia una
economía basada en la información y el conocimiento,
adquiere mayor importancia analizar
este proceso en busca de las claves del éxito en
la inserción en el nuevo paradigma por parte de
las unidades económicas2. Desde este punto de
vista, existe consenso sobre el notable efecto
que la incorporación de las tecnologías de la
información y la comunicación (TIC) tienen sobre
la mejora en la productividad y la competitividad
de las empresas. En cuanto al análisis de
los determinantes de la adopción de las TIC, los
estudios disponibles muestran que existen economías
de escala que hacen que las empresas
de menor tamaño tengan menor propensión a
adquirir y utilizar estas tecnologías.
Asimismo,
se ha identificado que la presión competitiva del
contexto en que operan las empresas puede ser
un determinante de la decisión de adoptar TIC,
al igual que la presencia en las empresas de factores
productivos de carácter complementario a
las TIC. En este sentido, se ha encontrado evidencia
de que la presencia de recursos humanos
calificados está asociada directamente con
la adopción de nuevas tecnologías. Siguiendo la línea de estos antecedentes, el presente
estudio utiliza información disponible para
una muestra de empresas dominicanas para
establecer algún patrón sobre la adopción de
TIC. En particular, los datos disponibles permiten
indagar sobre el nivel de avance del negocio
electrónico (e-business), medido por la disponibilidad
de computadoras y conexión a Internet,
así como la presencia web de las empresas
dominicanas, entendida como la disponibilidad
de una página web institucional. Por otra parte,
se indaga sobre el uso que las empresas conectadas
hacen de Internet, para lo que se ofrecen
resultados para las actividades de búsquedas
de distintos tipos de información, así como
de la interacción con clientes, proveedores y la
administración pública. Con el fin de contrastar
las hipótesis sobre las razones de los patrones
detectados, las variables explicativas utilizadas
se relacionan con los sectores productivos a los
que pertenecen las empresas, su condición de
exportadoras y su tamaño.
Si bien a nivel internacional se dispone de una
amplia gama de estudios, tanto de los determinantes
de la adopción de las TIC, como de sus
efectos en el desempeño de la empresa, no se
han hallado antecedentes para el caso dominicano.
Por tanto, el presente estudio adquiere la
importancia de constituir un primer esfuerzo por
medir y analizar las características y determinantes
de avance, en el camino hacia un modelo
de negocio electrónico (e-business) en el país,
que utiliza datos de una muestra de empresas
locales y aplica técnicas estadísticas de uso
generalizado. Sin embargo, debe señalarse que
este documento no avanza en el estudio de los
efectos de la utilización de nuevas tecnologías
por parte de las empresas, lo cual reviste tanta o
más importancia que la evaluación de los determinantes
de su adopción.
Los resultados muestran que cuando se caracteriza
el fenómeno de adopción y uso de las TIC,
se encuentran diferencias significativas en las
tasas de penetración de las tecnologías en las empresas dominicanas, según su tamaño y su
condición de empresas exportadoras. Específicamente,
a mayor tamaño de las empresas, se presenta
una mayor proporción de ellas dotadas con
computadoras, Internet, conexiones de banda
ancha y página web institucional; así mismo,
las proporciones son mayores en el grupo de
las empresas exportadoras respecto de las que
no lo son. En cuanto a los sectores económicos,
algunos resultados señalan que en el sector
industrial y de servicios la presencia de las TIC
está más extendida que en la actividad comercial.
Finalmente, el análisis de los determinantes
de la probabilidad de disponer y utilizar de las
tecnologías, muestra que las variables tamaño
y participación en mercados externos se constituyen
en determinantes significativos, mientras
que no se aprecian evidencias estadísticamente
relevantes que diferencien a las empresas según
los sectores productivos a los que pertenecen.
La principal conclusión que puede extraerse de
estos resultados apunta a la ratificación de la
existencia de una brecha digital que separa fundamentalmente
a las microempresas. Este fenómeno
debería tomarse como un llamado de atención
a la luz de la necesidad de instrumentar
políticas de equipamiento de este estrato, a fin de
que pueda aprovechar los beneficios de las nuevas
tecnologías e incrementar su competitividad.
1. Marco de referencia, antecedentes y
fuente de la información.
Hacia la década de los ochenta del siglo XX,
una serie de hallazgos relacionados a la electrónica,
informática y tecnologías de comunicación,
fueron sustento de lo que algunos autores consideran
una tercera revolución industrial. De hecho,
en las últimas dos décadas del siglo pasado se
acuñaron expresiones tales como revolución de
las tecnologías, nueva economía y economía de
la información, para referirse a la nueva etapa
en la que se adentraba la humanidad.
Los componentes centrales de los hallazgos
fueron diversos; por una parte, la electrónica
permitió la irrupción de microcomputadoras
capaces de manejar elevados flujos de información
en reducidas dimensiones. Los avances en
la informática permitieron la automatización de
innumerables funciones en el ámbito productivo
mediante el desarrollo de aplicaciones especializadas
en diversas áreas. Adicionalmente, a
niveles de mercado se expandieron tecnologías
de comunicación como la transferencia de voz
mediante señales de radio, que dio lugar a la
telefonía celular móvil y la fibra óptica, lo cual
permitió transmitir entre nodos gran cantidad
de información a alta velocidad y calidad. Finalmente,
debe resaltarse la irrupción de Internet
que se ha constituido en una fuente prácticamente
sin límites de información y en un medio
de comunicación e intercambio de información
cuyo potencial todavía sigue explorándose.
A partir de entonces el sector de las TIC, compuesto
fundamentalmente por la fabricación y
distribución de bienes y la provisión de servicios
relacionados a los equipos (hardware) y aplicaciones
(software) informáticas, así como las telecomunicaciones,
ha ido expandiéndose hasta ocupar
un lugar central en las estructuras económicas de
la mayoría de los países desarrollados en el siglo
XXI. En este sentido, su impacto sobre el crecimiento
económico se conduce a través de tres
mecanismos de propagación: en primer lugar, el
volumen de inversión en sectores relacionados a
estas tecnologías ha configurado un primer componente
expansivo sobre la actividad económica;
por otra parte, una vez que los bienes y servicios
TIC se masificaron, se produjeron importantes
incrementos en los valores de producción y consumo
que, como se dijo, posicionaron al sector
TIC como uno de los más dinámicos y relevantes
en las economías; finalmente, en la medida
que las tecnologías fueron incorporadas por otros
sectores productivos, permitieron un incremento
en la productividad de manera generalizada en la
mayoría de los sectores productivos.
La medición empírica del efecto de las TIC en
el crecimiento económico estuvo fuertemente
motivada por la célebre afirmación del Profesor
Solow, en sentido de que “las computadoras
están en todas partes, excepto en las estadísticas
sobre productividad”. En respuesta a esta
inquietud, y en oposición a los estudios de finales
del siglo XX que aportaron una gran controversia
sobre el efecto real de las TIC en el crecimiento,
los estudios de principios del siglo XXI parecen
mostrar consenso sobre su importancia.
De manera similar, a nivel microeconómico, una
basta corriente de estudios empíricos aportó
evidencia sobre el impacto que la introducción
de las TIC ha permitido, en materia de mejoras
en la productividad de los factores. Además,
un segundo elemento que suele identificarse
como vinculado a la incorporación de las TIC, es
la competitividad de las empresas. La hipótesis
es que estas tecnologías tienen un importante
potencial en la mejora del grado de competitividad
de las empresas mediante los cambios en la
organización, el agregado de valor y la relación
con los clientes y otros grupos de interés (Galve
Gorriz y Gargallo Castel, 2004).
En contraste con la abundante literatura dedicada
a los efectos de las TIC y las condiciones para su
aprovechamiento, existen escasos antecedentes
sobre los determinantes de la adopción de las
TIC por parte de las empresas. En este sentido,
algunos estudios muestran evidencias de economías
de escala en la adquisición y utilización de
las TIC, lo que explicaría que las micro y pequeñas
empresas se encuentran en desventaja en
cuanto a la posibilidad de beneficiarse con las
mejoras asociadas a ellas. Pérez et al. (2004)
utilizan los resultados de una encuesta sobre
479 pequeñas y medianas empresas españolas,
donde encuentran que, si bien el nivel de equipamiento
y conectividad es muy elevado, existen
diferencias significativas según el tamaño de las
empresas; en particular, a medida que el tamaño
de las empresas aumenta, existe mayor probabilidad
de que esté equipada con computadoras,
conectada a Internet y que disponga de página
web institucional, así como de mayor número
de aplicaciones informáticas utilizadas. Entre las
explicaciones halladas en la literatura para este
fenómeno se destacan la escasez de recursos,
la falta de capacitación de directivos y personal
de las mipymes y su tendencia a planificar en
un horizonte de corto plazo en el que las TIC
adquieren menor importancia estratégica (Iacovou
et al., 1995; Chao, 1994; Fink, 1998).
Otro hecho detectado en algunos estudios es que
la presión competitiva proveniente del contexto
del mercado en el que se desempeña la empresa,
es un elemento movilizador de la adopción de las
TIC (Cragg y King,1993; Iskandar et al., 2001).
Por lo tanto, cabe plantear la hipótesis de que las
empresas exportadoras sujetas a la competencia
internacional estarían más predispuestas a utilizar
las TIC.
Asimismo, la teoría de la complementariedad
de los factores que se esgrime como explicación
del efecto de las TIC en las empresas, también
se constituye en una argumentación sobre los
posibles determinantes de la incorporación y uso
de las tecnologías, esto es, se espera que las
empresas con recursos humanos más capacitados
tiendan a adoptar más y darle mayor uso a
las TIC (Bresnahan et al., 2002). En esta dirección,
Gargallo Castel y Ramírez Alesón (2004)
analizan una muestra de 1685 empresas españolas
y encuentran que no sólo el tamaño sino
también el nivel de calificación del personal y la
presencia de otras tecnologías relacionadas a
las TIC, incrementan la probabilidad de que las
empresas incorporen nuevas tecnologías.
Siguiendo la línea de estos antecedentes, el presente
estudio utiliza información disponible para
una muestra de empresas dominicanas con el fin
de establecer algún patrón sobre la adopción de
TIC. Los datos analizados en este documento provienen
de la encuesta efectuada a 1854 empresas
privadas, por la Oficina Nacional de Estadística
de la República Dominicana en el marco
del Diagnóstico Nacional Sobre Tecnologías de
la Información y Comunicación (DINATIC) 2006
(Oficina Nacional de Estadística, 2008). El levantamiento
de la información se realizó durante el
período comprendido entre el 24 de noviembre
del 2005 y el 31 de marzo del 2006.
Vale resaltar que el tamaño de la muestra no
permite extrapolar los resultados al total de
la población de empresas que representan el
marco de análisis, por lo que solamente deben
tomarse como una adecuada descripción de la
composición de la muestra. Sin embargo, como
se mostrará a continuación, la conformación de
la muestra tiene características muy similares a
lo que se espera a nivel del universo de empresas,
por lo que representa un ejercicio de interés
para intuir características en el conjunto de
todas las empresas activas.
El cuestionario empleado en la encuesta permitió
recoger importante información sobre las principales
características de las empresas incluidas
en la muestra. En particular, las ramas de actividad
económica a la que se dedican, el mercado
en el que participan (local o de exportación), así
como el estrato donde se encuentran de acuerdo
con el número de empleados con que cuentan.
De tal manera, la información sobre el número
de empleados se utilizó como el mejor acercamiento
al tamaño de las empresas.
El cuadro 1 resume la información sobre la
composición de la muestra según los estratos o
categorías que agrupan a las empresas, por el
número de empleados declarados. La agrupación
de algunos de estos estratos permitiría establecer
los grupos de micro, pequeñas, medianas y
grandes empresas habitualmente utilizados para
el análisis. Específicamente, el segmento de
microempresas puede componerse con los dos
primeros estratos, es decir, con las empresas sin
empleados y con aquellas con 1 a 9 empleados;
las pequeñas empresas corresponden al tercer
estrato, con 10 a 49 empleados; las empresas
medianas suelen identificarse con los estratos 4
y 5 de la investigación, constituidos por las que
tienen entre 50 y 249 empleados; finalmente,
el estrato de grandes empresas corresponde a
la última categoría de esta investigación, con
250 o más empleados. Sin embargo, dado que
no existe consenso absoluto sobre la delimitación
de estos segmentos, que suele variar a nivel internacional e incluso según la rama de
actividad que se considere, y ya que se perdería
parte de la información recolectada, en este
documento se mantiene la desagregación según
los estratos investigados y se comentan algunos
resultados de manera agrupada.
El cuadro 1 también presenta la distribución de
las empresas en la muestra por ramas de actividad.
Como puede observarse, el comercio es
la rama con mayor peso relativo, con una participación
superior al 50% en la muestra; en el
otro extremo, la muestra recogió un reducido
número de empresas dedicadas a la explotación
agropecuaria; posiblemente, este fenómeno
sea un elemento que diferencia a la composición
de la muestra, de lo que se espera del
total de empresas activas. Por lo demás, dado
el reducido número de observaciones, si bien los
datos correspondientes al sector agropecuario se
incluyen en las tablas, no se analizan debido a su
escasa representatividad.
Al analizar los resultados por el destino de las
ventas de las empresas en el último año, se
aprecia que el 7,4% dirige la totalidad o parte
de sus ventas al mercado externo, mientras que
el 79,3% sólo trabaja con el mercado local. Esta
es una variable de interés para el estudio vistos
los antecedentes donde se ha encontrado que la
presión que supone la competencia en mercados
externos es un elemento dinamizador de la
adopción de nuevas tecnologías.
Finalmente, en este cuadro también se observa
la distribución de las empresas en la muestra
según el número de empleados. Tal como sucede
en el total de empresas activas, la mayor participación
la tienen las empresas de menor tamaño;
en particular, al asociar los dos primeros rangos,
se tiene que el 65% de los casos corresponde a
microempresas; el 25,2% son empresas pequeñas;
el 7,5%, medianas, y el 2,2%, grandes.
2. Caracterización del proceso de adopción
y uso de las TIC en las empresas.
Como primera aproximación al análisis de la
disponibilidad y uso de las TIC por parte de las
empresas, a continuación se muestran las proporciones
que representan las empresas equipadas,
en cada categoría de las variables usadas
para caracterizarlas. El enfoque basado en estadísticas
descriptivas permite caracterizar el fenómeno
de adopción y uso de las TIC en términos
de esas variables. Se estimaron los correspondientes
estadísticos x2 para contrastar la hipótesis
nula de que las proporciones son idénticas
para las diferentes categorías de cada variable,
en todos los casos los resultados obtenidos permiten
rechazar esa hipótesis con un grado de
confianza del 99%.
Dado que el principal objeto de estudio de la
encuesta consistió en el nivel de acceso y utilización
de Internet, como paso previo se indagó sobre el
nivel de disponibilidad de servicios telefónicos (teléfonos
fijos) de las empresas; el cuadro 2 resume tal
información. Tanto a nivel agregado como en cada
estrato, el grado de acceso es alto, con 9 de cada
10 empresas provistas del servicio, lo que permite
confirmar que la disponibilidad de telefonía fija se
encuentra generalizada y no representa limitante
para acceder a los servicios que pudieran prestarse
por esa vía.
En cuanto al grado de informatización en el total
de la muestra y en cada estrato (cuadro 2), aunque
es elevado a nivel general, con 8 de cada
10 empresas en disposición de al menos una
computadora, resulta todavía preocupante que un 19,7% de las empresas no dispongan de un
recurso imprescindible para el cumplimiento de
la mayoría de sus funciones básicas.
En cuanto a los resultados para cada una de las
variables analizadas, se destaca que la proporción
de empresas exportadoras dotadas de computadoras
supera en casi 15 puntos porcentuales
a la proporción de empresas equipadas en
el grupo de las que no exportan (94,4% contra
79,7%), lo cual aporta evidencia de la necesidad
de mejorar los niveles de eficiencia que impone
la participación en mercados externos.
En lo relacionado a las ramas de actividad se
presentan también diferencias importantes que
ponen a las empresas industriales y de servicios
como las más equipadas (el 90,2% con computadoras
en ambos casos) y las comerciales en el
otro extremo (73,4%).
En cuanto al tamaño de las empresas, se registra
una brecha en perjuicio de las microempresas,
ya que entre las empresas pequeñas, medianas y
grandes la presencia de computadoras es prácticamente
total y para los dos estratos que corresponden
a microempresas, la proporción se reduce
significativamente. En particular, el 74,3% de las
empresas con menos de 10 empleados declararon
disponer de equipos y entre las que no tienen
empleados solamente el 69,1%. Dada la diversidad
de aplicaciones y actividades informatizadas
(entre ellas la declaración de impuestos, elaboración
de nóminas, etc.), el hecho de que 3 de cada
10 microempresas no disponga de computadoras
resulta un evidente condicionante de su competitividad
y eficiencia.
En todo caso, desde la perspectiva de la posibilidad
de acceder a Internet, los resultados sobre la presencia
de computadoras indican que esto no constituye
un limitante entre las empresas pequeñas,
medianas y grandes, mientras que todavía lo es
para las microempresas.
En cuanto a la proporción de empresas en la muestra
que utilizan Internet (cuadro 3), se registró que
el 42,4% de las empresas estaba conectado; este
resultado marca que el camino hacia un proceso
productivo, caracterizado de manera general por
el aprovechamiento de las herramientas tecnológicas
fundamentales, todavía es incipiente en República
Dominicana. Con 6 de cada 10 empresas sin
conexión a Internet parece lejana en el horizonte la
extensión de conceptos como el e-business (negocio
electrónico) y el e-commerce (comercio electrónico). Estos resultados ponen de manifiesto una
limitación importante en materia de competitividad
de las empresas dominicanas, que debe constituir
un llamado de atención en el contexto de una economía
marcadamente abierta y, por tanto, sujeta a
la presión de la competencia internacional.
De hecho, cuando se observa que las proporciones
de empresas equipadas marcan una diferencia
de 25 puntos (64,5% contra 39,9%) al
comparar los grupos de las exportadoras y las
no exportadoras, se ratifica la importancia de la
presión impuesta por la participación en mercados
externos. Un paso más allá, a pesar de que
este análisis no permite indagar en el orden de
causalidad, vale reflexionar sobre la posibilidad
de que no informatizarse y no estar conectadas
a Internet, pudiera volverse un factor limitante
para la incursión en mercados externos.
Respecto a la conectividad según las ramas de actividad
a las que pertenecen las empresas, nuevamente
los sectores industriales y de servicios parecen
aventajar al sector comercial, con el 52,8%
contra el 35,2% de empresas equipadas en uno y
otro sector.
Finalmente, según la disponibilidad de computadoras,
se refuerza la brecha detectada que
separa a las microempresas del resto de segmentos:
entre las empresas pequeñas, medianas
y grandes, 6 de cada 10 casos están conectadas,
mientras que esa tasa se reduce a 3 de
cada 10 entre las microempresas. Esta evidencia pone de manifiesto una limitación de mayor relevancia,
incluso que la señalada sobre las computadoras,
al impedir a las microempresas alcanzar
los beneficios de la utilización de Internet como
fuente de información, asesoramiento, promoción
de productos, etc.
Incluso entre las empresas medianas y grandes,
el hecho de que la presencia de Internet se limite
al rango del 60,2% al 65,9% es un resultado que
preocupa, visto que más de la tercera parte de
las empresas estarían excluidas de las ventajas
de acceder a la red. Por lo demás, si se cuenta
con la confirmación de que estas empresas disponen
de computadoras y de acceso a la red de
telefonía fija, resulta importante avanzar en el
análisis sobre los determinantes de la decisión
de no contratar el servicio de acceso a Internet.
En ese orden, con el fin de establecer si la falta
de computadoras es el elemento determinante
de la menor tasa de conexión en las microempresas,
en la segunda columna del cuadro 3 se
presentan las proporciones de empresas con
Internet entre aquellas que declararon tener
computadoras. Resulta entendible que en las
empresas medianas y grandes las proporciones
son idénticas, puesto que disponen de computadoras
en su totalidad. Algo similar ocurre entre
las empresas pequeñas donde la tasa se incrementa
del 56,6% de conectadas en el total del
estrato, al 60,4% de las que tienen computadoras. Diferente es el resultado entre las microempresas
donde las proporciones se incrementan
entre 10 y 15 puntos porcentuales.
Sin embargo, los resultados muestran que, aún
superado el requisito de disponer de al menos
una computadora, las microempresas tienden
a contratar en menor proporción el servicio de
acceso a Internet; concretamente, se observa
que aún siendo empresas que disponen de computadoras
y líneas telefónicas, sólo 1 de cada 2
contrata el acceso a Internet. Estos resultados
parecen indicar que la decisión de contratarlo
está limitada no solamente por el costo de la
inversión en equipos, sino por el costo del servicio
de acceso a Internet y la escasa valoración
que se tiene de él.
En cuanto al tipo de conexión empleada para
acceder a Internet, la utilización de las líneas
de telefonía fija es predominante: las conexiones
Dial-up sumadas a las ADSL representan
prácticamente el 89,2% del total de conexiones;
en particular, el servicio de ADSL es el más
frecuente con una presencia que representa el
61,2% de los casos, mientras que el sistema
Dial-up tiene el 28% (cuadro 4). Las opciones
sobre las que se preguntó a las empresas incluyeron
también conexiones vía cable-modem,
satelital, líneas dedicadas y otras, pero los
resultados no se reportan porque al ser poco
frecuentes no adquieren representatividad. Por
otra parte, vale mencionar que las alternativas
no son mutuamente excluyentes, dado que
algunas empresas disponen de más de un tipo
de conexión.
Adicionalmente, se indagó sobre la velocidad
de las conexiones; sin embargo, la elevada tasa
de no respuesta imposibilita obtener resultados
relevantes. De esta manera, la habitual separación
entre las conexiones de banda estrecha
y banda ancha debe realizarse asumiendo que,
dadas las ofertas disponibles en el mercado de
acceso a Internet, el único tipo de conexión
que no ofrece banda ancha es el provisto
vía dial-up.
Aún bajo esta premisa, la cual resulta moderada
en términos de la proporción de conexiones que
se considera no ofrecen banda ancha, los resultados
muestran que una importante proporción
de las empresas conectadas (cerca de 3 de cada
10) posee un acceso con importantes limitaciones
en términos del tipo de interacciones y aplicaciones
de la red que pueden aprovecharse.
La importancia relativa de las conexiones dial-up
llaman la atención sobre las razones por las cuales
las empresas no dan el paso hacia conexiones más
eficaces como ADSL; en particular, aunque disponen
de computadoras, línea telefónica y voluntad
de conectarse demostrada por el uso de la red vía
dial-up, pareciera que el único impedimento para
utilizar otras opciones se relaciona con sus precios.
Cuando se analizan las proporciones de cada
tipo de conexión según las características de las
empresas, se vuelven a detectar las diferencias
que posicionan a las exportadoras en ventaja
respecto a las no exportadoras, con el 18% de
conexiones dial-up y el 74,2% ADSL, contra el
29% y el 59,7%, respectivamente, para las que
no exportan; mientras que nuevamente los sectores
industriales y de servicios se posicionan levemente
por delante del comercio, con alrededor del
25% de presencia de dial-up y el 62% de ADSL,
contra el 29,5% y el 59,4%, respectivamente, en
el sector comercial.
Sobre la calidad del acceso a Internet, nuevamente
se divisa una brecha que separa a las
microempresas, cuando se observa la distribución
de las conexiones según al tamaño de las empresas:
de aquellas microempresas que se encuentran
conectadas a Internet, alrededor del 34%
lo hace utilizando el mecanismo dial-up, mientras
que cerca del 53% (50% en el estrato de
empresas sin empleados y 57,8% en el siguiente
estrato) acceden vía ADSL. Estos porcentajes son
significativamente diferentes a los obtenidos para
los estratos de pequeñas, medianas y grandes
empresas: entre las pequeñas empresas la presencia
de dial-up se reduce al 24,2%, mientras
que ADSL se incrementa al 65,7%, en cada caso
se diferencian del estrato de microempresas en 10
puntos porcentuales; las empresas medianas presentan
la mejor situación, con una participación
de conexiones dial-up reducida en torno al 14,7%,
mientras que las conexiones ADSL se extienden
por encima del 70,6%; algo similar ocurre con las
grandes empresas.
Cuando se acumulan los resultados reportados,
se nota que las microempresas tienen importantes
limitaciones en todas las dimensionas analizadas,
es decir, poseen menos computadoras, sus
conexiones son menos y de menor calidad.
Otra dimensión importante en la adopción de las
TIC por parte de las empresas, se refiere a la denominada“presencia web”, que de manera amplia
puede definirse como la presencia institucional en
Internet, ya sea en directorios, en espacios comunes,
en páginas de asociaciones empresariales o
empresas. En sentido estricto, interesa conocer la
presencia a través de una página web propia de la
empresa.
El cuadro 5 presenta los resultados sobre la disponibilidad
de páginas web de las empresas que
habían declarado disponer de acceso a Internet.
Se muestran los porcentajes de respuestas afirmativas
respecto del total de empresas en la muestra
y de aquellas con Internet. El resultado global de
tan solo un 16,2% de las empresas con página
web propia, muestra que todavía debe recorrerse
un largo camino hacia la masificación del uso de
esta importante herramienta; de hecho, resulta
destacable la escasa proporción de empresas que
aún contando con acceso a Internet, no incurren
en el desarrollo de su propia página web (33,2%).
Vistos los bajos costos de su desarrollo, pareciera
que la decisión puede asociarse a la falta de habilidades
o de valoración de la herramienta por parte
de los tomadores de decisión en el ámbito empresarial.
Cuando se observan los datos para cada categoría
de ramas de actividad, se evidencia una tendencia
de las empresas de servicios a poseer páginas web
en mayor proporción; esto mismo ocurre entre las
empresas que exportan cuando se las compara
con las que no lo hacen.
Respecto al tamaño de las empresas, como en
las demás variables, las proporciones de empresas
conectadas a Internet que además disponen
de una página web, son crecientes conforme se
avanza desde los estratos correspondientes a las
microempresas (el 30,2% entre las que no tienen
empleados y el 17,2% entre las que tienen menos
de 10) hasta las grandes (74,1%). Estos resultados
ayudan a acrecentar las diferencias cuando
se expanden al total de la encuesta, de donde se
deriva que menos del 10% de las microempresas
dispone de página web, mientras que entre las
grandes esta proporción supera el 50%.
En el cuadro 6 se describen los usos dados a
Internet por las empresas. A nivel general, la
comunicación vía e-mail es el uso más frecuente
(89,3% de las empresas conectadas), mientras
que los diferentes tipos de búsqueda de información
aparecen con frecuencias elevadas. En
lo relacionado a los usos de la red de manera
interactiva, los resultados muestran que menos
de la mitad de las empresas conectadas incurren
en ellos: solamente el 47,5% utiliza los servicios
de banca electrónica, mientras que el 35,8%, los
servicios de gobierno electrónico. Esto pone de
manifiesto que ni siquiera las empresas conectadas
están explotando plenamente la ganancia de
eficiencia que supone usar servicios electrónicos
en tanto reducen costos y tiempo para su tramitación,
y menor aún es el porcentaje de empresas
conectadas que está aprovechando la red
para prestar servicios al cliente (30,9%). Una
vez más, tanto por la proporción de empresas no
conectadas como por la importante proporción
de empresas que disponen de conexión, pero
que no la utilizan con estos fines, se evidencia
un gran potencial en materia de mejoras en la
competitividad.
Se tienen resultados disímiles cuando estos
resultados se desglosan según las categorías de
las variables de caracterización de las empresas.
En cuanto al sector productivo al que pertenecen
las empresas, las proporciones que corresponden
a las que utilizan Internet para comunicarse
vía correo electrónico (89,3%) y para hacer uso
de la oferta de gobierno electrónico (35,8%) son
similares para la industria, el comercio y los servicios,
mientras que la proporción de empresas
que hacen búsquedas de información en Internet,
uso de banca electrónica y provisión de
servicios al cliente por la red, es mayor para el
sector servicios y menor para las industrias. En
síntesis, entre las empresas conectadas, son en
general las del sector servicios las de que hacen
un mayor aprovechamiento de Internet.
Por otra parte, se tiene que las proporciones
correspondientes al grupo de empresas exportadoras
en cada uno de los usos superan a las no
exportadoras, con excepción del uso de correo
electrónico que es prácticamente idéntico en
ambos grupos; esto enfatiza resultados anteriores
los cuales establecen que entre las empresas
exportadoras hay una mayor presencia de computadoras,
de Internet, de conexiones de banda
ancha, de páginas web y, finalmente, que son las
que hacen uso más intensivo y variado de la red.
Cuando los datos se examinan en el interior de
cada estrato según el número de empleados se
tienen resultados diversos; por ejemplo, aunque
el uso de correo electrónico es masivo en todos
los niveles, se registran diferencias importantes
que colocan a las empresas medianas como las
que más lo utilizan (el 91,3% entre las conectadas
a Internet) y a las grandes en el otro
extremo (81,5%). En cuanto a la búsqueda de
información, no parece haber un patrón claro
que permita relacionar las proporciones con el
tamaño de las empresas, con excepción de la
búsqueda relacionada a I+D que es más frecuente
a medida que se incrementa el tamaño
de las empresas. En contraste, mientras que
alrededor del 36% de las microempresas conectadas a Internet declara hacer este tipo de búsqueda,
esa proporción se eleva al 55,6% entre
las grandes empresas; estos son indicios de que,
dadas las economías de escala que suelen presentar
las actividades de I+D, éstas son realizadas
en gran medida por las empresas de mayor
tamaño.
También en el uso de banca y gobierno electrónico,
así como en la provisión de servicios al
cliente vía web, se evidencia una tendencia a
estar más extendidos a medida que las empresas
son mayores. Específicamente, entre las
empresas con acceso a Internet, la proporción
de usuarias de banca electrónica es del 43%, el
50,2%, el 57% y el 63%, para los estratos de
micro, pequeñas, medianas y grandes empresas,
respectivamente. Algo similar ocurre en la distribución
de las proporciones de empresas usuarias
de los servicios de gobierno electrónico. En el
caso de los servicios al cliente, se distingue la
marcada diferencia entre las grandes empresas
respecto al resto de estratos. Mientras que entre
las mipymes, la proporcion está en el segmento
del 25% para las microempresas y del 35%
para las pequeñas, para las grandes empresas
que prestan servicios al cliente por Internet se
eleva al 55,6%.
En resumen, ante los comentarios sobre la relación
entre el tamaño de la empresa y el uso queésta hace de Internet, puede decirse que para
aquellas actividades en las que puede establecerse
un patrón claro que vincule a las dos variables,
siempre la relación es directa, es decir, a
medida que se consideran estratos que contienen
a empresas de mayor tamaño, aumenta la proporción
que hacen de los usos bajo análisis. Esto
es especialmente importante en casos como las
actividades relacionadas con I+D, uso de banca o
gobierno electrónico y servicios al cliente vía web,
porque el hecho de que las empresas de menor
tamaño realicen menos estas actividades, implica
que están en desventaja o desaprovechando posibles
fuentes de ventajas competitivas.
La reflexión final sobre esta caracterización de
los usos que se le da a Internet por parte de
las empresas, debe dirigirse a la necesidad de
investigar las razones por las cuales las micro y
pequeñas empresas están rezagadas. A diferencia
de los casos anteriores, relacionados con el
acceso a las tecnologías (computadoras, Internet,
banda ancha, etc.), no hay costos asociados
puesto que son gratuitos; con esto pareciera
que, a pesar de no haber restricciones económicas
para realizar estas actividades, las empresas de menor tamaño no tienen incentivos para
incurrir en ellas.
3. Análisis de determinantes de adopción
y uso de TIC.
El análisis realizado en la sección precedente
ofrece una buena caracterización del fenómeno
de adopción y uso de las TIC por parte de las
empresas; sin embargo, la observación basada
en estadísticas descriptivas no permite establecer
el efecto individual y la importancia de cada
una de las variables relevantes sobre el fenómeno
bajo estudio. En esta sección se presentan
los resultados de un modelo de regresión
logística que permite efectivamente establecer
el impacto marginal de cada variable. El modelo
seleccionado es generalmente utilizado para
explicar variables de carácter binario, tales como
la decisión de adquirir una computadora o contratar
acceso a Internet.
Para tales efectos en cada aspecto bajo análisis
se creó la correspondiente variable dicotómica
del tipo Dispone la empresa de computadora,
que adopta el valor 1 en caso de que se disponga
del equipo y 0 en caso contrario. En particular,
se analizaron los modelos para explicar la disponibilidad
de computadoras, conexión a Internet,
conexión tipo ADSL, página web y para el uso
de Internet con fines de acceder a los servicios
de banca y gobierno electrónico, así como para
ofrecer servicios al cliente. con el fin de establecer
el efecto de cada uno de los fenómenos que
se asumen relevantes para la decisión de adquirir
estas tecnologías, se incluyeron en el modelo
variables que describen el sector económico en
el que se desempeña la empresa (por ejemplo,
variables dicotómicas del tipo Pertenece al sector
industrial), su condición de exportador (variable
dicotómica que adopta al valor 1 en caso afirmativo
y 0 en caso contrario) y el estrato al que pertenece
según el número de empleados que tiene
(variable categórica que adopta el valor 1 para el
estrato de empresas sin empleados e incrementa
su valor en una unidad sucesivamente para cada
estrato superior).
Bajo esta especificación del modelo, los coeficientes
estimados pueden interpretarse en términos
de los efectos de la correspondiente variable
explicativa sobre la probabilidad de adquirir
las tecnologías o incurrir en el uso según se
trate; en otras palabras, se intenta determinar
cuáles de las características que describen a las
empresas, determinan una mayor o menor probabilidad
de que dispongan de las tecnologías.
Cabe mencionar que en el caso del sector productivo,
dado que se crearon variables dicotómicas
que en conjunto corresponden a categorías
excluyentes de un mismo fenómeno, con el propósito
de permitir el análisis, se omite la categoría
correspondiente al sector agropecuario el
cual se toma como punto de referencia.
En las tablas que siguen en esta sección se incluyen
para cada variable explicada, las correspondientes
variables consideradas con el fin de
ilustrar sobre la especificación del modelo; sin
embargo, se informan los coeficientes estimados
(β) exclusivamente para las que resultaron estadísticamente
significativas a niveles de confianza
del 95%. El signo de los coeficientes indica el
sentido en que la correspondiente variable afecta
de manera individual a la probabilidad de que la
empresa disponga de la tecnología. Asimismo, se
presenta el valor de eβ que puede interpretarse
directamente como el cambio en la probabilidad de
disponer de la TIC bajo análisis, cuando la empresa
tiene la característica que representa la variable,
respecto de aquella tomada como referencia básica.
Así, por ejemplo, el signo positivo de β para la
variable Es exportador en la segunda columna de
la tabla 1, muestra que el hecho de ser exportador
incrementa la probabilidad de que la empresa disponga
de computadora, respecto a la correspondiente
en caso de no serlo. En particular, el valor
eβ = 2,778 presentado en la tercera columna para la
misma variable, se puede interpretar estableciendo
que la probabilidad de que una empresa exportadora
tenga computadora supera en un 177,8% a
la de una empresa que no exporta. En otras palabras,
el resultado muestra que la posibilidad de que
una empresa exportadora esté equipada prácticamente
triplica a la que solo participa en el mercado
local. En todo caso, la interpretación de manera
exacta de este valor requiere la correcta especificación
del modelo, lo que difícilmente puede asumirse
dado que siempre pueden quedar variables
relevantes fuera del alcance del estudio; por tanto,
una explicación más moderada consiste en limitar
las conclusiones al signo del efecto sin considerar
su magnitud.
La tabla 1 presenta los resultados del modelo
que permiten explicar la disponibilidad de computadoras
en las empresas. Como puede apreciarse
no se tienen estimaciones estadísticamente
significativas para las variables asociadas
a las ramas de actividad, esto indica que, a pesar
de la vigencia de las relaciones encontradas en
las estadísticas descriptivas de la muestra y
comentadas en la sección precedente, cuando se
realiza un examen multidimensional parecen ser
otros fenómenos los que explican las diferencias
en las tasas de penetración de computadoras enlas empresas entre los distintos sectores productivos.
De manera específica, lo que se reporta en
la tabla 1 es que la condición de exportador y el
tamaño de la empresa, medido por el estrato al
que pertenece según el número de empleados,
son las variables determinantes.
Como puede observarse, ambos coeficientes
son positivos lo que manifiesta que las empresas
exportadoras tienen mayor probabilidad de
tener computadoras y que aumenta a medida
que lo hace el tamaño de la empresa. Especialmente,
el valor eβ = 2,282 estimado para esta
variable indica que, bajo la especificación actual
del modelo, la probabilidad de tener computadora
se incrementa un 128,2% al pasar de un
estrato al inmediatamente superior, es decir, que
la probabilidad se duplica al pasar de un estrato
al siguiente.
Estos resultados aportan contundente evidencia
de la brecha que fragmenta al sector empresarial,
según el tamaño de las empresas y que
determina las desventajas de las más pequeñas
en el paso a un modelo de negocios basado en
el e-business, así como el efecto que genera en
las empresas la presión competitiva de participar
en mercados externos. Respecto a esto último,
debe decirse que el sentido de la causalidad solo
puede intuirse, pero no demostrarse, es decir,
cabe preguntarse si el hecho de ser exportadores
fue el motor para la incorporación de los equipos
o, por el contrario, el hecho de no disponer
de equipos se está constituyendo en una traba
para insertarse en mercados foráneos. Cualquiera
sea la interpretación, los resultados avalan la
importancia de extender la presencia de computadoras
en las empresas en aras de mejorar en
la competitividad.
La tabla 1 también presenta los resultados de la
estimación correspondiente a la disponibilidad
de conexión a Internet. Al igual que en el caso
anterior, la condición de empresa exportadora y
el tamaño de la empresa están directamente relacionadas
con la disponibilidad de Internet. Específicamente,
de acuerdo con los resultados, pertenecer
al grupo de exportadores incrementa la
probabilidad de tener una conexión en un 80,4%,
mientras que esa probabilidad se aumenta en un
27,5% al pasar de un estrato al inmediato superior.
Adicionalmente, pertenecer al sector servicios
resulta un determinante significativo de disponer
de conexión a Internet, lo que evidencia
una relación directa, es decir, la probabilidad de
que las empresas de servicios estén conectadas
es mayor a la correspondiente a empresas de
otros sectores.
Vale destacar que la estimación realizada para
la disponibilidad de Internet se efectuó exclusivamente
sobre las empresas que declararon
tener computadoras; como puede observarse en
la tabla 1, el número de observaciones es inferior
al señalado para la estimación de la disponibilidad
de computadoras que se realizó sobre
toda la muestra. La razón para proceder de esta
manera es evitar la acumulación, en el momento
de estimar los determinantes de la disponibilidad
de Internet, de aquellos que actúan sobre la disponibilidad
de computadoras.
De tal manera, los resultados indican que tanto
la condición de exportador como el tamaño de la
empresa son determinantes de la disponibilidad
de conexión a Internet porque limitan la posesión
de computadoras y, aún entre las empresas
que disponen de los equipos, de que además
estén conectadas. Esta aproximación es adecuada
porque permite una mejor identificación
de los factores que pudieran estar incidiendo en
cada decisión; así, no tener Internet porque no
se dispone de computadora, puede asociarse al
costo de los equipos; sin embargo, hallar que
no se tiene conexión a pesar de disponer del
equipo, debe asociarse al costo del servicio y a
la valoración que la empresa tiene de él.
Por otra parte, esta separación permite detectar
fenómenos específicos; por ejemplo, en el total
de empresas, para la disponibilidad de computadoras
no hay evidencia de un efecto significativo
de pertenecer a un sector u otro; no obstante,
entre las que disponen de computadoras aparece
la pertenencia al sector servicios como un determinante
de la decisión de conectarse a Internet.
La tabla 2 presenta los resultados para la estimación
de la probabilidad de tener una conexión
ADSL realizada entre las empresas que declararon
disponer de conexión a Internet. Nuevamente,
aparecen la condición de exportador y
el tamaño de las empresas como determinantes.
Como se comentó precedentemente para el
caso de Internet, el hecho de que esta estimación
se realizara exclusivamente sobre el conjunto
de empresas conectadas, permite que los
coeficientes estimados constituyan evidencias de
una diferencia de calidad en el acceso a la red
que refuerza la brecha de acceso misma, esto
es, entre las empresas que tienen conexión, por
cada estrato que se avanza, la probabilidad de
que sea ADSL se incrementa en un 17,1%.
Como se ha comentado, un elemento de especial
interés en el estudio de la adopción de un modelo
de e-business es la presencia web, la tabla 2
muestra la estimación de los determinantes de la
disponibilidad de página web institucional entre
las empresas con conexión a Internet. Al igual
que en casos anteriores, ser exportador y pertenecer
a un estrato más alto en la distribución de
las empresas según la cantidad de empleados,
incrementan la probabilidad de tener una página
web. Adicionalmente, también pertenecer al sector
comercial y de servicios está directamente
relacionado con esa probabilidad. Es importante
resaltar que ya se había encontrado que las
empresas de servicios tienden a conectarse más
a Internet, por lo que el hecho de que además
se inclinan a tener una mayor presencia web,
muestra evidencias de una mayor incursión en
un modelo de e-business frente a otros sectores.
También es importante destacar la magnitud de
los coeficientes hallados para la variable vinculada
al rasgo exportador de las empresas. Este
resultado es consistente con la necesidad de las
empresas exportadoras de tener presencia web
para lograr un mayor acercamiento con sus clientes
actuales y potenciales; en contraste, puede
tomarse este resultado como una limitación
del resto de las empresas para incursionar en
nuevos mercados.
Respecto a los usos que las empresas le dan a
sus conexiones a Internet, pueden agruparse
en tres categorías:(1) el empleo de la red como
medio de comunicación a través del correo electrónico;
(2) su uso como fuente de información
a través de búsquedas de diversos tipos y (3) la
interacción con otros agentes para hacer aprovechamiento
de los servicios de banca electrónica,
gobierno electrónico y proveer servicios
al cliente.
En cuanto a la primera categoría, dado su presencia
generalizada, no parece relevante profundizar
el análisis sobre los eventuales determinantes
del uso de correo electrónico; de igual
manera, las búsquedas de información, si bien es
interesante su análisis, dada la forma abierta en
que se plantearon las opciones a las empresas,
resulta difícil precisar el fenómeno particular que se desea estudiar. Por esta razón, a continuación
se presentan las estimaciones correspondientes
exclusivamente a los usos de Internet para acceder
a los servicios de banca electrónica, gobierno
electrónico y proveer servicios al cliente, que
representan modos de interacción efectiva con
clientes, empresas y el Estado.
En lo que se refiere a la banca electrónica, no
se tiene evidencia de que la probabilidad de
ser usuario esté determinada por el tamaño de
las empresas; en cambio, aparece nuevamente
como un determinante significativo la condición
de empresa exportadora. Además, en este uso
se observa que, entre las empresas conectadas
a Internet, las empresas del sector industrial tienen
menor probabilidad de acceder a los servicios
de banca electrónica con respecto a empresas
de otros sectores productivos.
Para el uso de los servicios de gobierno electrónico no
se tiene evidencia de la relevancia del sector productivo
ni de la condición de exportadora de la empresa.
Por otra parte, vuelve a aparecer el tamaño de las
empresas como un determinante de la probabilidad
de hacer este tipo de utilización de Internet. La probabilidad
de usar los servicios de gobierno electrónico
aumenta un 33,5% por cada estrato.
Finalmente, para la variable servicio al cliente, el único elemento que aparece como un determinante
significativo es la pertenencia al grupo de
empresas exportadoras.
Resulta difícil una interpretación de los resultados
sobre los usos de Internet según las características
de las empresas. En cualquier caso, a
pesar de no ser significativo para todos ellos, las
probabilidades de hacer estos usos de Internet
aumentan con el tamaño de las empresas. Como
ya se había comentado antes, esto puede explicarse
por el hecho de que los servicios asociados
(banca o gobierno electrónico) también presentan
economías de escala, es decir, solamente
resultan atractivos para empresas de mayor
tamaño, mientras que las más pequeñas no tienen
incentivos para utilizarlos.
Respecto a la condición de empresa exportadora
como determinante del tipo de uso que se hace
de Internet, resulta interesante observar que en
el único caso donde no se tienen evidencias de
esta relación es en el uso del gobierno electrónico,
en otras palabras, contrario a lo que ocurre
en la relación con clientes o proveedores de servicios
vía web donde la participación en mercados
externos resulta determinante, en cuanto a
la relación con el gobierno, el comportamiento
no es diferente al del resto de empresas.
4. Conclusiones y recomendaciones
En el contexto económico actual caracterizado
por la importancia estratégica del acceso a la
información y el conocimiento, resulta innegable
la relevancia de la adopción y uso de las nuevas
tecnologías de la información y comunicación en
la actividad económica como fuente de mejoras
en los niveles de eficiencia y competitividad. Por
tanto, el análisis de este proceso de incorporación
de tecnologías resulta de vital interés, tanto
para la definición y evaluación de políticas públicas,
como de estrategias empresariales tendientes
a una exitosa inserción y posicionamiento de
las unidades productivas en el nuevo paradigma
económico. En este documento se realizó un
ejercicio de caracterización de ese proceso así
como la identificación de los posibles determinantes
de la adopción de las TIC por parte de las
empresas dominicanas.
Los resultados a nivel general muestran que
el avance del fenómeno tiene todavía un largo
recorrido y que hay, por tanto, un alto potencial
de mejoras en términos de productividad y competitividad
por parte de las empresas locales.
Específicamente, si bien el equipamiento básico
medido por la disponibilidad de computadoras
es elevado, la penetración de Internet muestra
un resultado más modesto; más aún si se considera
que todavía una parte relevante de las
conexiones son del tipo dial-up que representa
una tecnología obsoleta y con fuertes limitaciones
en cuanto al tipo de aplicaciones y la velocidad
del intercambio de información que permite.
Si a esto se suma la marcadamente reducida
tasa de empresas con presencia en la web a
través de páginas institucionales, se tiene un
cuadro de situación que evidencia la necesidad
de establecer planes de incorporación de estos
importantes instrumentos en el sector empresarial
dominicano.
Detrás de estos resultados, podrían hallarse los
costos del acceso a Internet de banda ancha,
pero pareciera que la explicación más plausible
refiere a la escasa valoración de estas herramientas,
en conjunto con eventuales limitaciones en
las capacidades para manejarlas. Estas hipótesis
se sustentan en el hecho de que aún entre
las empresas conectadas a Internet son muchas
las que no disponen de una página web, lo cual
puede lograrse prácticamente a costo cero, y por
el escaso uso que hacen de diferentes servicios
provistos por la red de manera gratuita como los
de la banca o gobierno electrónico.
Cuando estos resultados se desagregan según
las diferentes categorías de las variables que
caracterizan a las empresas, se encuentran
evidencias de una marcada brecha digital que
separa fundamentalmente a las microempresas
del resto: las microempresas tienen menor
acceso tanto a computadoras como a Internet.
En este sentido, los costos de los equipos y de
los servicios de conexión a la red pudieran explicar
el fenómeno que constituye un llamado al
desarrollo de programas especiales de facilidades
para el equipamiento de este importante
estrato empresarial.
Pero además, entre las microempresas conectadas
a Internet, se observan evidencias de una
brecha de calidad del acceso toda vez que la presencia
de conexiones de banda ancha es menor
que lo registrado para las empresas de mayor
tamaño. Finalmente, las microempresas hacen
menor aprovechamiento de la red si se lo mide
por las proporciones de empresas que la utilizan
para acceder a los servicios de banca y gobierno
electrónico o prestar servicios al cliente vía web.
En estos casos, pareciera que el esfuerzo debe
encaminarse hacia la capacitación de los microempresarios
sobre el uso y el potencial de la red
a fin de que hagan mayor aprovechamiento
de ella.
Otro resultado destacable es la diferencia significativa
en el acceso y uso de las TIC que
hacen las empresas exportadoras respecto a las
que solamente participan en el mercado local;
están provistas de computadoras, de acceso a
Internet de banda ancha y de páginas web en
mayores proporciones; además, hacen un uso
proporcionalmente mayor de la red en todas
las actividades que se midieron en el estudio.
Estos resultados evidencian que la presión competitiva
que supone participar en mercados
externos juega un papel importante en la incorporación
y aprovechamiento de las nuevas tecnologías
como forma de mejora en la eficiencia
y competitividad.
Se lograron también evidencias de que a
nivel de sectores productivos, la industria y los servicios están proporcionalmente más equipados
que el sector comercial; sin embargo,
cuando se introdujeron todas las dimensiones en
modelos de regresión múltiple para identificar
los determinantes de la adopción y uso de las
TIC, si bien se confirmó la relevancia del tamaño
de las empresas y de su rasgo exportador, no se
tuvieron resultados significativos para las ramas
de actividad.
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1Licenciado en Economía, Universidad Nacional de Córdoba, Argentina; Master of Arts in Economics, Georgetown University; profesor del Departamento de Economía
de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra de la República Dominicana y ex coordinador del Observatorio de la Sociedad de la Información y el Conocimiento
de la República Dominicana.
2Si bien existe una extensa literatura sobre sociedad y economía de la información y el conocimiento, para un análisis detallado de estos conceptos la obra de Manuel
Castells (Castells, 2002) constituye una referencia imprescindible. |