¿Por qué Marie Curie?

Encuestas de innovación y política pública: balance y desafíos para Colombia
Mónica Salazar Acosta – Nadia Albis Salas

Utilización de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) en empresas colombianas
Anita Weiss

Caracterización y determinantes de la
adopción de computadores e Internet en las empresas dominicanas

José Luis Actis

Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) como fuente primaria de información estadística: el caso del comercio electrónico
Carlos Augusto Barrera Cuesta

Prensa – Libros
Jorge Eduardo Estrada Villegas

Separata

Mónica Salazar Acosta1
 Nadia Albis Salas2

Introducción.

Desde mediados de los noventa, Colombia, al igual que varios países de América Latina y el Caribe, emprendió importantes esfuerzos para medir y estudiar los procesos de innovación a través de encuestas de innovación y desarrollo tecnológico. El primer ejercicio de este tipo en la región, se remonta a finales de la década de los ochenta en Uruguay; no obstante, es tan sólo a partir del año 2000 cuando comienza a generalizarse su aplicación, hecho sin duda influenciado por las discusiones teóricas y metodológicas en torno a la publicación del Manual de Bogotá (Jaramillo, 2000), así como por los avances registrados en las sucesivas revisiones del Manual de Oslo (OECD, 2005) y de la Community Innovation Survey (CIS) en Europa.

El Manual de Bogotá, considerado un hito en la formulación conceptual de los procesos de desarrollo tecnológico e innovación en América Latina y el Caribe, buscó responder a tres preguntas fundamentales: ¿Por qué medir los procesos innovativos? ¿Qué medir? y ¿Cómo hacerlo? Respecto al primer interrogante, el Manual plantea que las encuestas de innovación constituyen una“base fundamental para el diseño y evaluación de las políticas destinadas a fortalecer los sistemas de innovación (SI) y a apoyar las acciones de las firmas tendientes al mejoramiento de su acervo tecnológico” (Jaramillo, Lugones y Salazar, 2000, 11).

Transcurrida casi una década desde la publicación del Manual de Bogotá y dada la existencia de una amplia trayectoria de algunos países latinoamericanos3 en la aplicación de tres a cuatro ediciones de encuestas de innovación, se evidencia una creciente necesidad de evaluar en la región las experiencias y los logros tanto en la implementación, como en el uso de las encuestas de innovación, además, su impacto en el diseño y evaluación de la política pública en Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI).

El tema de la utilización e impacto de las encuestas de innovación sobre las políticas de CTI, no es sólo una preocupación que atañe al caso latinoamericano, también lo es para otras regiones como Europa. Trabajos como los de Anthony Arundel (2007: 47-64) han mostrado que a pesar de la extensa trayectoria en la aplicación de la CIS, ésta no ha logrado impactar ampliamente la toma de decisiones de política en innovación.  Entre los principales obstáculos encontrados por el autor para el uso de las CIS en la formulación de políticas, están: los débiles vínculos existentes entre la comunidad política, las agencias estadísticas y la comunidad académica; la ausencia de indicadores y análisis relevantes para nuevas necesidades de política en un entorno dinámico (por ejemplo, innovación en comercialización y colaboración), y finalmente, la persistencia en el uso de indicadores tradicionales de investigación y desarrollo por parte de la comunidad política, lo cual puede atribuirse a un predominio del modelo lineal.

En el caso latinoamericano, este tipo de inquietudes sobre el grado de utilización de las encuestas
de innovación y su impacto, animaron la realización de un proyecto regional para América Latina denominado Consulta a Tomadores de Decisión en Políticas Públicas de Ciencia, Tecnología e Innovación sobre sus fuentes de información, coordinado por la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) del Uruguay, en colaboración con el Centro Redes de Argentina, la Universidad de Chile, la Universidad de la República de Uruguay y el Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología. Su objetivo consistió en indagar si las encuestas de innovación en los países de América Latina y el Caribe son consideradas un insumo central por parte de la comunidad de tomadores de decisión para diseñar, hacer seguimiento y evaluar las políticas de CTI. También buscó identificar las fuentes de información existentes, sustitutas o complementarias a las de la encuesta, que sustentan dichas acciones.

Para contar con información de alcance regional y comparable, la investigación incluyó cuatro países latinoamericanos que cuentan con trayectoria en la realización periódica de encuestas de innovación, como: Argentina, Chile, Uruguay y Colombia. En cada país se realizaron investigaciones
de carácter cualitativo, a través de entrevistas a representantes de instituciones directamente relacionadas con el diseño e implementación de políticas de fomento de la CTI.  Los resultados del proyecto se presentaron en el taller Del Indicador al Instrumento: Aporte de las Encuestas de Innovación al Diseño de Políticas Públicas (ANII-RICYT), que tuvo lugar en Montevideo, en septiembre de 2009.

En el presente trabajo se presentan los resultados de esta investigación para el caso colombiano,
así como los desafíos del país frente a las necesidades que se han evidenciado en la región en materia de medición de la innovación. Con ello se busca contribuir a la definición de estrategias que permitan mejorar el aprovechamiento de tales encuestas como insumo en el diseño y evaluación de políticas públicas.

En la primera sección se muestran los antecedentes de Colombia en la aplicación de encuestas de innovación; en la segunda parte, se presenta el análisis descriptivo de los principales resultados de la consulta sobre el uso de las encuestas de innovación, a tomadores de decisión en políticas públicas de Ciencia, Tecnología e Innovación en Colombia; en la tercera, las reflexiones sobre el caso colombiano en comparación con la experiencia latinoamericana, y en la cuarta yúltima, se presentan los retos a futuro para los países de América Latina para mejorar los procesos de medición de la innovación.

1. Las encuestas de innovación y la política pública de CTI en Colombia.

El primer esfuerzo por abordar la medición de los procesos de innovación en la industria manufacturera en Colombia, se remonta al año 1996 con la Primera Encuesta de Desarrollo Tecnológico en el Establecimiento Industrial Colombiano (EDT), adelantada por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) con el apoyo de Colciencias; su orientación conceptual y metodológica se basó en el Manual de Oslo y su similar chilena de ese momento. Mediante este primer ejercicio fue posible caracterizar los procesos de innovación de las empresas industriales del país y encontrar diferencias entre sí según el grado de innovación alcanzado, el tamaño, el sector industrial o región geográfica (DNP y Colciencias, 1997; Durán, Ibáñez, Salazar y Vargas, 1998b y 1998a).

Sólo hasta 2003, después de una larga discontinuidad en la aplicación de la encuesta y teniendo como marco de referencia las recomendaciones del recién publicado Manual de Bogotá, se retoman las iniciativas encaminadas a medir la innovación, en particular, con la realización de la Prueba piloto de la Segunda Encuesta Nacional de Desarrollo Tecnológico en la Industria Manufacturera Colombiana, por parte del OCyT, Colciencias y el DNP, que sirvió de base para que posteriormente, en 2005, se realizara la Segunda Encuesta de Desarrollo e Innovación Tecnológica (EDIT 2) objeto principal del presente trabajo4. La EDIT 2 resultó del trabajo mancomunado entre el DNP, Colciencias y el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE). Esto significaría la institucionalización del proceso de realización de las encuestas de innovación en el país en cabeza de una agencia nacional de estadística, y a partir de allí, el establecimiento de su periodicidad bianual. Esta encuesta tuvo una cobertura censal dirigida a las empresas industriales que funcionan en el país, de acuerdo con el grado de concentración y el marco utilizado por la Encuesta Anual Manufacturera (EAM)5. En este mismo año (2005), la Cámara de Comercio de Bogotá, con el apoyo técnico del OCyT, aplicó la Encuesta de Innovación y Desarrollo Tecnológico para Bogotá y Cundinamarca (EIByC) (Malaver y Vargas, 2006).

En 2006, el DANE y el DNP llevaron a cabo el primer ejercicio de medición de la innovación en el sector servicios, aplicada a un directorio de empresas de 15 subsectores (DANE, Boletín de prensa, 2008), asimilando la experiencia, los conceptos y metodologías utilizadas para medir la innovación en la industria manufacturera.  Finalmente, en 2007 se llevó a cabo la Tercera Encuesta de Desarrollo e Innovación Tecnológica (EDIT 3) que siguió prácticamente los mismos planteamientos conceptuales, metodológicos y de operación de la segunda.

2. Resultados de la consulta.

2.1. Las entrevistas.

Con el fin de identificar el valor y el uso de las encuestas de innovación en la política pública de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) se condujeron entrevistas semiestructuradas a diez personas, de los niveles política y técnico, vinculadas a las instituciones responsables de la formulación, evaluación o ejecución de la política pública de CTI, tanto del nivel nacional como local (Bogotá- Cundinamarca)6 (tabla 1). Así mismo, con el objetivo de ampliar la información sobre temas técnicos de la encuesta manifestados por los formuladores de política, se entrevistó a un funcionario del DANE cercano al proceso de diseño y operacionalización de las encuestas de innovación7

De acuerdo con la guía de la investigación elaborada por la ANII y la RICYT, se diseñó el análisis cualitativo para abordar dos temas principales: encuestas de innovación y fuentes de información utilizadas. La indagación se enfocó en la EDIT2, dado que esta encuesta ha tenido un uso más amplio y a que en el momento que se llevaron a cabo las entrevistas (julio-septiembre de 2009), los resultados de la encuesta de innovación de 2007 no habían sido publicados. Una vez realizadas
las entrevistas se procedió a su trascripción para ser analizadas con ayuda de un software de análisis cualitativo.

Preguntas principales de la entrevista:

a. ¿Qué resultados o qué información de las Encuestas de Innovación (EI) han sido los que más ha usado para la toma de decisiones en políticas de fomento a la CTI? ¿Con
qué objetivos usa esa información?

b. ¿Qué métodos aplica para interpretar la información que surge de las EI? ¿Qué tipos de procedimientos administra Ud. o su equipo para transformar el dato en un insumo?

c. ¿Cuáles son los principales factores que facilitan u obstaculizan el uso de las EI como insumo en el diseño de políticas públicas?

d. ¿Hay algún área de política clave que usted piense está débilmente atendida por los indicadores de innovación? ¿Hay algún tipo de dato específico con el que usted quisiera contar a partir de las Encuestas de Innovación?

e. En su opinión, para el diseño de las políticas públicas ¿tienen más peso y validez como insumo, los indicadores cuantitativos o la información que proviene de los análisis cualitativos?

f. ¿Cuáles son las fuentes de información complementarias a las EI en las que se basa la toma de decisiones de diseño y evaluación de políticas públicas en CTI?

El diseño de la investigación se basó en la literatura sobre uso de la investigación social en las políticas públicas, que tiene como uno de sus principales objetivos de estudio los determinantes que afectan el contacto entre oferta y demanda de la investigación: “La oferta importa: a veces la investigación social disponible es más relevante, está mejor comunicada y llega más a tiempo a las manos de los policy-makers (formuladores de política) que otras. La demanda también importa: no todos los policy-makers tienen la misma propensión a buscar y emplear insumos técnicos. La conformación específica de la zona de intersección entre oferta y demanda es decisiva: algunas veces el “puente” entre ambas orillas es más amplio y transitable que otras.  Redes con participación de expertos y thinktanks constituyen knowledge brokers (intermediarios de conocimiento) fundamentales” (Baptista B., et al, 2009: 15).


2.2. Valoración y uso de las encuestas de innovación.

En general, se puede afirmar que los tomadores de decisión de política entrevistados conocen las encuestas de innovación y las consideran un insumo importante para la formulación de políticas públicas de Ciencia, Tecnología e Innovación, salvo algunas excepciones. Los factores señalados por los tomadores de decisión a favor del uso de la segunda encuesta, se relacionan con su amplia cobertura (censo como tipo de investigación estadística), la institucionalización del ejercicio de recolección de información en cabeza de la agencia nacional de estadística (DANE), así como el aprendizaje y la acumulación de capacidades en las instituciones involucradas. Además, la aplicación de la encuesta fue el resultado de un ejercicio concertado y participativo, que asegura que los resultados de las encuestas se ajusten a las necesidades de la política de CTI.

A pesar de lo anterior, solamente un número limitado de indicadores derivados de la encuesta son utilizados con amplitud por la comunidad de política, lo que señala un problema de subutilización con respecto al potencial de las encuestas de innovación8. Usualmente, estos corresponden a indicadores tales como tipologías de empresas innovadoras, inversión en Actividades de Ciencia Tecnología e Innovación (ACTI) y formación del recurso humano en actividades de I+D (tabla 2). Tales indicadores son examinados por sectores industriales y por tamaño de la firma, con particular preferencia hacia la identificación de problemas asociados con la micro, pequeña y mediana empresa, considerado como uno de los grupos objetivos de mayor importancia para la política de CTI.

En términos de los objetivos de uso de los indicadores, casi todos los consultados coincidieron en señalar que la principal utilidad de las encuestas de innovación consiste en su aporte como insumo al diseño o rediseño de la política pública (tabla 3). Sin embargo, de la lectura de las entrevistas y los ejemplos de aplicación, se entiende que el aporte de la EDIT 2 al diseño de la política es limitado, puesto que su información se utiliza en mayor medida para hacer diagnósticos sobre la situación general de los procesos de innovación y menos para establecer criterios con respecto a la instrumentalización de la política (ej. identificar la población objetivo de un programa, proyecto o fondo).

Tan sólo en un caso se utilizaron los datos de la EDIT 2 para evaluar el impacto de la política pública9. Ninguno de los consultados planteó su uso para hacer seguimiento, lo cual se puede explicar porque hasta el momento no se cuenta con los resultados de la tercera versión de la encuesta realizada en el 2007 y, por lo tanto, aunque existe el interés, no se ha podido hacer análisis de tipo dinámico.

Varios de los consultados observaron que los resultados de la EDIT 2, junto con otro tipo de datos, apoyaron la elaboración de documentos de política pública en CTI en diversos ámbitos, tales como el apoyo a la pequeña y mediana empresa, los planes nacionales y locales de desarrollo, las políticas de competitividad y la política de investigación e innovación local y nacional. No obstante, los consultados expresan que estos datos no necesariamente son visibles o se hace referencia explícita en los documentos de política señalados.

Acerca de los métodos de análisis utilizados, los tomadores de decisión parecen estar más interesados en indicadores básicos y de evaluación comparativa (benchmarking), que en análisis econométricos o análisis estadísticos detallados; esto puede explicarse por tres razones: (i) la baja capacidad de las instituciones en relación a los recursos de tiempo y personal para analizar la información; (ii) las restricciones en el acceso de la información y los trámites requeridos, que constituyen un factor de desmotivación para quienes pretendan hacer este tipo de análisis, y (iii) el escaso esfuerzo de los académicos por traducir los hallazgos de los análisis econométricos para su mejor entendimiento y las reservas que existen sobre sus resultados por los fuertes supuestos que soportan los modelos construidos.

En síntesis, la Encuesta de Innovación se usa más para el diseño y rediseño de políticas e instrumentos de CTI, que para el monitoreo y evaluación, lo que además evidencia un grado de inmadurez importante de este último proceso. El desafío más complejo de todos es el de generar un mecanismo de toma de decisiones en las políticas públicas que incorpore sistemáticamente (y no en un momento aislado) insumos de investigación social.

2.3. Obstáculos al uso de las encuestas de innovación.

Los obstáculos a la utilización y aprovechamiento de las encuestas de innovación se pueden agrupar en problemas de oferta, de demanda, y de la articulación entre éstas (Baptista, 2009: 24).
Conforme a tal categorización, se presenta un análisis de los principales factores que limitan el uso de las encuestas de innovación señalados por los entrevistados.

2.3.1. Problemas de oferta.

Los problemas de oferta se refieren al acceso a los resultados y las bases de datos de las encuestas, la difusión de sus resultados, la calidad y confiabilidad de la información, el diseño del formulario, así como la frecuencia y oportunidad en su realización.

Más que problemas de acceso a las bases de datos de las encuestas, la principal dificultad de este tipo reside en los obstáculos que existen para hacer cruces con otras bases de datos como la EAM, con el fin de obtener indicadores de desempeño productivo a nivel de microdata, que permitan medir el impacto de la innovación sobre esos factores. En la EDIT de 2005 no se incluyeron preguntas relacionadas con el desempeño productivo, como sí se había hecho en la primera Encuesta de Desarrollo Tecnológico (EDT) de 1996 y otras encuestas internacionales, con el fin de favorecer el cruce y la complementación de información, cuidar la reserva estadística y no duplicar información para evitar incomodar al empresario. Algunos entrevistados plantean la necesidad de incluir variables básicas de desempeño productivo en las encuestas, como las ventas, el valor agregado y la inversión; mientras que otros plantean la necesidad de generar mecanismos que faciliten estos cruces de información.

Entre los obstáculos de mayor efecto sobre el uso de las encuestas de innovación, está la escasa difusión de los resultados de la encuesta, señalado por siete de los entrevistados. En primer lugar, se arguyó que la difusión de los resultados de las encuestas realizadas hasta el momento no ha logrado impactar ampliamente el conocimiento sobre el tema. En segundo término, se

señaló que el lenguaje utilizado para la traducción de resultados no es el mejor para llegar a un público más amplio de la comunidad política y de los empresarios. Como estrategias para superar estas dificultades, algunos consultados plantearon la necesidad que desde el DANE, en conjunto con otras instituciones, se implementen estrategias divulgativas que permitan dar un mayor reconocimiento social al tema de la innovación y generar procesos de rendición de cuentas a través de éstas.

Varios entrevistados observaron que la brecha que existe entre la aplicación de la encuesta y la publicación de los resultados constituye una fuerte limitación al uso de este instrumento. Las demoras en la entrega de los resultados pueden minar la utilidad de las encuestas de innovación para apoyar el seguimiento, la evaluación y el rediseño de los instrumentos de política de manera oportuna y sistemática. Por otra parte, algunos de los entrevistados plantearon que la EDIT debería aplicarse anualmente, justamente atendiendo la preocupación de la rápida obsolescencia de las encuestas de innovación; según el DANE, esta situación refleja, en parte, la dificultad de realizar operativos conjuntos para diferentes encuestas, que retrasan la respuesta de los empresarios al aumentar el esfuerzo que tienen que hacer para contestar varios requerimientos de manera simultánea.

Resulta paradójico que aunque los usuarios de las encuestas asignan un gran valor a las EDIT como insumo central para la toma de decisiones de política pública, existe cierta desconfianza en parte de la información capturada por las encuestas (ej. inversión en ACTI), que surge del conocimiento de los entrevistados sobre la existencia de algunas deficiencias en el diseño y la operación de la EDIT 2.

Las críticas realizadas por los entrevistados al diseño del formulario, más que sobre el contenido o temáticas de la encuesta, radican en las discrepancias con respecto a la estructura adoptada para la misma, que al ser de tipo matricial agregó demasiada complejidad al instrumento, lo cual dificulta su diligenciamiento por parte de los empresarios, así como su lectura y procesamiento posterior por parte de sus usuarios (comunidad política y académica)10. En últimas, esto derivó en un formulario poco lógico y con un detalle excesivo, lo cual, sumado a los problemas relacionados con la dificultad de las empresas para entender un tema tan complejo como es la innovación —y por tanto de contestar adecuadamente las preguntas—, ha derivado en la percepción de una baja calidad de ciertos resultados y un problema de subregistro en variables importantes como la inversión en ACTI.

2.3.2. Problemas de demanda.

La falta de valoración de las encuestas de innovación no parece ser, en general, un gran obstáculo a su utilización como insumo para la toma de decisiones; no obstante, en las instituciones usuarias existen dificultades relacionadas con insuficientes recursos y baja capacidad técnica para transformar la información en insumos de política; la ausencia de una cultura organizacional que asigne un amplio valor a este tipo de ejercicios, y una subutilización de la información contenida en las encuestas. Entre las estrategias para revertir estas dificultades, algunos entrevistados plantearon la necesidad de constituir una capacidad interna para procesar las encuestas, la sensibilización a funcionarios sobre la utilidad de las encuestas de innovación y el establecimiento
de canales de comunicación permanentes con la comunidad académica para que los resultados que esta genera sean aplicables a la elaboración de políticas.

2.3.3. Confluencia entre oferta y demanda.

Uno de los inconvenientes señalados por los entrevistados es la falta de canales efectivos y permanentes de comunicación y coordinación interinstitucional entre la comunidad política y las agencias estadísticas, que permitan un adecuado procesamiento o traducción de los resultados de la encuesta, ya sea en términos de cuadros de salida, estadísticas o estudios adaptados a las necesidades de política específicas. Con respecto al tema de traducción de resultados, que en general lo hace la comunidad académica a través de estudios en profundidad, se hace necesario generar canales más expeditos de coordinación y comunicación para encauzar la investigación hacia su mayor alineación con las demandas de la comunidad política.

2.4. Demandas de información.

Con respecto a las temáticas de la encuesta que se encuentran débilmente atendidas, las personas entrevistadas hicieron referencia a la importancia de mejorar los indicadores asociados con la tipología de empresas innovadoras y perfeccionar la información recogida sobre temas como:cooperación entre actores del SNCTI, impacto de la innovación e innovación organizacional
y comercialización.

Según uno de los consultados el indicador de tipologías de empresas innovadoras actualmente utilizado impide distinguir lo que realizan las firmas innovadoras frente a las que no lo hacen, en la medida que se utilizan tanto resultados como actividades para construir el indicador. Cabe aclarar, que la definición de firma innovadora adoptada por Colombia está basada en las recomendaciones del Manual de Bogotá, donde se contempla la medición de la innovación como proceso11 y no sólo como un resultado o medida de éxito, que busca capturar las especificidades de los procesos de innovación en América Latina frente a lo que sucede en países en desarrollo.

Varias de las personas interrogadas plantearon la necesidad de mejorar la medición de la cooperación entre diversos actores del SNCTI, sus objetivos, formas y resultados. La medición de la cooperación es un problema general de las encuestas de innovación a nivel internacional, en la medida que éstas se centran más en las empresas individuales que en redes colaborativas como unidad de análisis, lo que limita su valor para recolectar datos sobre la difusión del conocimiento y la tecnología (Arundel y Bordoy, 2005, 118).

En cuanto al tema de la innovación organizacional y comercialización, algunos consultados plantean
que es necesario dedicar mayores esfuerzos a la conceptualización de este tipo de innovaciones; en particular, se señaló que sería adecuado que se incluyan en la encuesta preguntas sobre gestión del conocimiento, las cuales resultan de gran importancia en la actualidad. Además, los consultados mencionaron la ausencia de ciertos indicadores que permitirían hacer comparaciones internacionales en áreas como las ventas atribuidas a la innovación y formación por campos del conocimiento. También se propone generar instrumentos que permitan elaborar prospectiva en el campo de la innovación.

Es de resaltar que varias de estas demandas de información ya han sido adoptadas en el marco del proceso de rediseño del formulario de la EDIT 412, entre ellos el tema de la cooperación entre actores del SNCTI, la formación del personal por campos de conocimiento y el porcentaje de las ventas atribuido a la innovación.

Existen temas que van más allá de su aplicación de las encuestas de innovación en el sector industrial y que fueron mencionados como necesidades apremiantes por los consultados; esto se refiere a los casos de la innovación en el sector de servicios, cuyo primer ejercicio de medición se realizó en 2006, y la del sector agropecuario que aun el país no ha abordado. En cuanto a los servicios, según los entrevistados, el ejercicio adelantado en 2006 no fue del todo satisfactorio en la medida que se dio una asimilación de las encuestas de innovación para la industria; también se mencionó una desactualización del directorio de empresas que pertenecen al sector y la escasa difusión y socialización que se ha dado de sus resultados13. En el caso del sector agropecuario, se planteó la necesidad de realizar una encuesta particular para Colombia, con el fin de identificar sus dinámicas innovativas, así como poder responder las demandas de información que han manifestado en diferentes ocasiones desde la institucionalidad con funciones en el tema.

2.5. Fuentes de información complementarias para la toma de decisiones

De acuerdo con lo expresado por los entrevistados, la toma de decisiones en materia de políticas
públicas de CTI, se basa en un conjunto heterogéneo de fuentes de información, ya sea de origen nacional, internacional, primario o secundario. Las principales fuentes de información a las que se acude corresponden a información primaria recabada a través de fuentes internas asociadas a registros institucionales que soportan la política (información interna de gestión, sistemas de monitoreo y evaluación o bases de datos que apoyan convocatorias, por ejemplo, la plataforma ScienTI, administrada por Colciencias) y consultorías o informes contratados para suplir necesidades específicas de información (tabla 4). En cuanto a los fines con que se utiliza la información, los entrevistados señalaron su utilidad en la realización de comparaciones internacionales y en el diseño, instrumentación, seguimiento y evaluación de la política de CTI.

Lo anterior señalaría que existe una brecha visible entre la oferta y la demanda de información que se acerca, al menos parcialmente, recurriendo a otro tipo de información diferente a las encuestas de innovación, en especial en lo referente al seguimiento y evaluación de la política en CTI que, como se ha señalado, es uno de los principales obstáculos al uso de las encuestas de innovación. Así mismo, la amplia utilización de fuentes de información internas y de estudios contratados puede también estar reflejando dificultades en el acceso o escasa confiabilidad respecto a la información generada por otras instituciones y problemas de articulación interinstitucional.

También se resaltaron los trabajos académicos en el tema de innovación tecnológica como un insumo para el diseño de la política pública, en especial, aquellos basados en estudios de caso o análisis cuantitativo.

En la tabla 5 se presentan los principales indicadores utilizados por los consultados. Los indicadores de CTI se traslapan o son utilizados de manera simultánea con otros indicadores relacionados con el desempeño productivo y la competitividad del sector industrial. De la lectura de
esta lista se constata nuevamente la importancia que tienen los indicadores de I+D como orientadores de la política en CTI.

Finalmente, de manera similar a las encuestas de innovación, muchas fuentes de información utilizadas para hacer política pública adolecen de retrasos en su publicación que comprometen su aporte y oportunidad, en especial, las encuestas oficiales. También señalan problemas en las diferentes ventanas de observación entre instrumentos que dificulta su utilización complementaria.


2.5.1. Utilidad percibida de la información cualitativa versus la cuantitativa.

A continuación se hace la discusión de las opiniones dadas por los entrevistados cuando se les pidió que realizaran un balance de los análisis cuantitativos frente a los cualitativos, para el diseño,
seguimiento y evaluación de la política pública en CTI. Cabe señalar que la definición de “lo cualitativo” y “lo cuantitativo” para los entrevistados varía sustancialmente, lo que dificulta llegar a
conclusiones generales14. Un conjunto de los entrevistados consideran que los aspectos tratados en las encuestas –como la de innovación– son cuantitativos, y asocia los aspectos cualitativos únicamente con análisis extensos como los estudios de caso o los grupos focales. Otra parte de los entrevistados afirma que las encuestas no son del todo cuantitativas e incluyen aspectos de tipo cualitativo de gran importancia para la toma de decisiones de política, en este sentido, se entendería que lo cuantitativo se refiere más a magnitudes, mientras lo cualitativo es “medido” y expresado a través de variables discretas de tipo categórico o binario como las preguntas de percepción (en el caso de las encuestas de innovación, parte del módulo de la evaluación de la política).

Teniendo en cuenta esta salvedad, es significativo que la mayor parte de los entrevistados –ocho en total– consideraron que estos dos tipos de análisis son complementarios, en la medida que ambos tipos de información contribuyen al diseño y formulación de la política. Solamente un consultado opina que la información cuantitativa es mucho más importante y otro considera que lo cualitativo posee mayor relevancia. Para los entrevistados, ante la complejidad de aplicar análisis profundos de tipo cualitativo y lograr resultados de calidad y adecuada cobertura, se opta por los análisis cuantitativos que tienen una mayor confiabilidad general, aunque afirman que si hubiera un estudio cualitativo adecuado y suficientemente confiable, lo consultarían como fuente de información.

Con respecto a la complementariedad de ambos enfoques, uno de los entrevistados afirma que:“algunos estudios de carácter cualitativo son muy ilustrativos de situaciones y muy poderosos para desarrollar esquemas conceptuales, que son absolutamente esenciales porque te permiten organizar la información… los estudios cuantitativos te dan números, pero no es información fácilmente estructurable sin un esquema conceptual fuerte de soporte… en política pública los análisis cuantitativos ganan porque son más fáciles de hacer, pero a nivel de poder encauzar cambios de paradigmas, el análisis cualitativo es más importante”. En el mismo sentido, otro de los entrevistados plantea que: “la información cuantitativa es importante porque tiene un sustento estadístico, lo cualitativo tiene también sus métodos, pero son un poco más complicados cuando de probabilidades se trata… la información cualitativa es importante, por ejemplo, cuando el interés es la sistematización de mejores prácticas y su difusión permita desarrollar procesos imitativos… en ese sentido, la misión del Estado es hacer visible esas mejores prácticas”.

3. La experiencia de Colombia frente a la experiencia latinoamericana.

A continuación se hará una breve comparación de los resultados obtenidos para Colombia frente a los hallazgos encontrados en la indagación llevada a cabo en los demás países latinoamericanos (Chile, Uruguay y Argentina) por parte de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación del Uruguay (Baptista, 2009:17-36).

A excepción de Chile, que se fundamenta en el Manual de Oslo, las encuestas de innovación en la región se han basado conceptual y metodológicamente en el Manual de Bogotá; sin embargo, el caso colombiano es particular en el sentido que se perciben algunas prácticas alejadas de los principios metodológicos y procedimentales recomendados por este manual.

En general, en la región las encuestas de innovación no son centralmente consideradas como insumo entre los integrantes de la comunidad política y técnica allegada al desarrollo de políticas de CTI, a la hora de la toma de decisiones de diseño, rediseño, monitoreo y evaluación. En el caso de Colombia, se constata que los entrevistados conocen tales encuestas; la mayoría afirmó hacer uso de ellas y las considera una herramienta relevante como insumo para la formulación de la política pública en CTI. No obstante, el caso colombiano guarda en común con los demás países la problemática de un uso parcial de las encuestas, en materia de seguimiento y evaluación de la política de CTI o la instrumentación de la misma. Esto señalaría poco desarrollo en los procesos de monitoreo y evaluación de programas e instrumentos de CTI, tanto en Colombia, como en los países analizados.

En cuanto a los obstáculos al uso de las encuestas de innovación, se puede mencionar lo siguiente:

- En Colombia no se perciben grandes problemas de acceso a datos más desagregados, a excepción de aquellos relacionados con el desempeño productivo. En general, todas las encuestas de los otros países analizados incluyen esta información.

- En Colombia y Uruguay se presentan problemas serios en el tema de la difusión de resultados, en el plano de la comunicación (diseminación y claridad) de las encuestas de innovación.

- El amplio desfase de tiempo entre el relevamiento y la disponibilidad de la información resultante constituye un problema regional.

- Colombia es el único caso en el que existen fuertes problemas respecto a la percepción sobre la calidad y credibilidad de la información, como resultado de los cuestionamientos sobre el diseño del formulario.

- En la región parece existir una baja capacidad para transformar la información en insumos para la toma de decisiones.

- Mientras que en otros países la información recolectada a través de las encuestas de innovación parece haber seguido más las necesidades académicas que las de los policymakers, en Colombia ocurrió lo contrario: una alta participación de la comunidad política en el proceso de diseño de las encuestas, pero un bajo involucramiento de la comunidad académica.

- Con la excepción de Colombia, los entrevistados de los países de la región señalan una baja participación en los procesos de diseño de las encuestas de innovación, lo cual constituye limitación a la utilización de los resultados de la misma. En el caso colombiano, la aplicación de la encuesta fue el resultado de un ejercicio concertado y participativo que asegura, en parte, que los resultados de las encuestas se ajusten a las necesidades de la política.

- La traducción de resultados adaptados a las necesidades de política es un problema general en la región. Se habla que no siempre el Estado tiene capacidad técnica para analizar y utilizar la Encuesta del modo más apropiado.

Con respecto a las necesidades débilmente atendidas, el caso colombiano mostró coincidencias con el de otros países en cuanto a la necesidad de mejorar la medición de cooperación, el recurso humano por campos de conocimiento y la inversión en actividades de innovación. No obstante, en el caso de Colombia se plantearon muchas más necesidades que las mostradas en otros países, lo que es consistente con un mayor conocimiento y valoración. En palabras de Baptista et al., es “precisamente en el caso de Colombia en que se registra un mayor uso de las encuestas de innovación por parte de los tomadores de decisión, donde se evidencia un conocimiento sensiblemente más profundo de las mismas, asociado a lo anterior, una mayor capacidad de plantear demandas concretas de información a los responsables del diseño de las encuestas” (Baptista, 2009: 34).

4. Retos a futuro.

Para terminar, a continuación se presentan las conclusiones derivadas del taller realizado en Uruguay, en particular, se hace referencia a las encuestas de innovación para la industria manufacturera.

En materia de mediciones siempre se debe empezar por la pregunta para quién y para qué, y de ese modo establecer claramente hacia quién están dirigidas, quiénes son los principales interesados y cuál es el objetivo de las mismas. Podría parecer obvio este punto, pero si no se tiene claro esto, se puede terminar en formularios muy extensos, sin orientación clara y, por lo tanto, sin buenos resultados. En materia de encuestas de innovación se pueden formular tres grandes objetivos concurrentes: (i) caracterizar los procesos de innovación, (ii) apoyar los procesos
de formulación de la política pública y (iii) realizar comparaciones internacionales. Los tres deben ser buscados, pero finalmente el énfasis va a estar dado por la priorización a los stakeholders y las demandas que estos formulen.

Se propuso una agenda regional alrededor de cuatro frentes de trabajo: teórico-conceptual, temático, metodológico y difusión-análisis. En cuanto a la base conceptual para el desarrollo del trabajo, se debe desarrollar un marco teórico que caracterice la innovación en América Latina; a la fecha ya son muchos los estudios e investigaciones que se han realizado sobre las empresas y los procesos innovadores en la región, que permitirían construir este marco de referencia.Para esta caracterización es necesario definir qué se quiere medir, valorando en forma paralela tanto los resultados como los esfuerzos y las capacidades innovadoras empresariales; igualmente, para esta valoración se requiere subrayar la importancia del entorno en el que se desempeñan las empresas, la necesidad de comprender el funcionamiento de los sistemas de CTI e identificar los obstáculos en el interior de estos. En lo que hace referencia a la parte temática, se esbozan diversas áreas de trabajo y profundización tanto en materia de medición, como de investigación. Es necesario avanzar en la medición de otros sectores (servicios y agropecuario), en primera instancia, mediante la realización de estudios de caso o en profundidad, para entender mejor los determinantes y las dinámicas de innovación en dichos sectores. Por otra parte, y para alimentar el marco teórico, se requiere continuar explorando las especificidades de América Latina en lo que hace referencia a la novedad, los mercados y las formas de innovar, lo cual busca establecer las diferencias con países más desarrollados.

En materia de medición se propone diseñar indicadores de capacidades de innovación, de gestión del conocimiento y de prácticas de administración de recursos humanos, estas últimas buscan caracterizar los recursos humanos para la innovación, entendidos como el principal recurso de la misma. Finalmente, explorar otros tipos de innovaciones no orientadas al mercado, tales como la social, institucional, de supervivencia e informal15.

En lo que toca a la metodología, el principal desafío para la región es la estandarización de los formularios y los procedimientos, ya que aun cuando en el Manual de Bogotá se plantean orientaciones al respecto, la diversidad en la región es muy grande, lo cual dificulta el benchmarking. Teniendo en cuenta que las encuestas son solo uno de los medios para recabar información sobre innovación, se debe “controlar” la cantidad de la información que se quiere recolectar por este medio, ya que la mayor extensión y complejidad de los formularios se va en contravía de la calidad y la confiabilidad de la misma; por lo tanto, se requiere promover otro tipo de estudios para profundizar la comprensión y caracterización de los procesos innovativos. De otro lado, se hace necesario establecer mecanismos para integrar la data de las encuestas de innovación con otras encuestas, para cruzar con los datos de desempeño económico y empleo.

El último frente de trabajo, se refiere a la difusión de los resultados de las encuestas y su posterior
análisis por parte de expertos. No sobra reiterar la necesidad de mejorar los tiempos de entrega de los resultados; sólo en la medida en que se tengan oportunamente estos datos se pueden hacer los estudios y análisis que alimenten las políticas pública, de CTI, industrial y social. Finalmente, se propuso la realización de talleres específicos con algunas comunidades, principalmente la política, la de estadísticos y la de analistas y la académica, con el ánimo de discutir los avances en los diferentes frentes de trabajo.

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1 Economista, Universidad del Rosario; M.Sc. in Technical Change and Industrial Strategy, University Of Manchester; Ph. D candidate, Simon Fraser University, Vancouver, Canada; directora del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología (OcyT). msalazar@ocyt.org.co

2 Economista y magíster en Economía, Universidad Nacional de Colombia; investigadora del Observatorio Colombiano de Ciencia y Tecnología (OcyT). nalbis@ocyt.
org.co.

3 Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Uruguay y Venezuela.

4 En principio, las EDIT se basan en el Manual de Bogotá, aunque no se siguen las recomendaciones en materia de procedimientos. Lo determinante, a pesar de que se dice estar basado en dicho Manual, es que detrás de la EDIT no hay un marco conceptual claro, ni lo es el para qué de tantas preguntas.

5 Para mayor detalle sobre los aspectos metodológicos de la EDIT 2, ver DANE-DNP-Colciencias, 2007.

6 La Cámara de Comercio de Bogotá (CCB); aunque no es una entidad que formula directamente política de CTI, se incluye por su papel asesor, en parte como vocero de los empresarios, en espacios de formulación de la política como la Agenda de Ciencia, Tecnología e Innovación de Bogotá-Cundinamarca y la Comisión Regional de Competitividad, donde asumió la Secretaría Técnica, en su momento.

7 Es importante resaltar que las tablas de frecuencia que se presentarán a lo largo del documento, hacen referencia al grupo de las diez personas asociadas a la formulación de la política de CTI.

8 En palabras de uno de los entrevistados: “en algunas instituciones dedicadas al tema, incluyendo la nuestra, aun cuando las encuestas tienen una gran cantidad de información valiosa para ellas, no se le ha sacado provecho de una manera amplia y sistemática”.

9 El documento referenciado corresponde a la consultoría realizada para el DNP, por Juan Carlos Salazar et al., en 2007.

10 Según la persona entrevistada del DANE, la explicación de la adopción de una estructura matricial para la encuesta se debió a que en el momento en el que se estructuró la encuesta, para profundizar la información de algunas variables particulares, requeridas por algunos tomadores de decisiones de política que participaron en el proceso, se determinó que la manera más fácil de hacerlo era a través de un cuestionario de tipo matricial. Recientemente, luego de las observaciones realizadas por algunos usuarios de la información y del comité asesor del proceso, se lleva a cabo el rediseño del formulario para la aplicación de la EDIT 4 donde se abandona la estructura matricial de las encuestas anteriores.

11 Identificar a las firmas que han desarrollado actividades de innovación (más allá de los resultados obtenidos) y a las que no desarrollaron actividades de innovación y que, por lo tanto, no intentaron innovar.

12 La reciente reinstauración de los comités de expertos que apoyen al DANE en la elaboración de formularios, es realmente una iniciativa muy importante para que estos procesos de recolección de información atiendan las necesidades del país y cuenten con una base teórica y conceptual adecuada.

13 Sobre este tema se está adelantando, bajo la coordinación del DANE, la revisión del formulario y la consulta de la experiencia internacional, con el fin de definir la mejor manera de abordar la medición de la innovación en el sector terciario.

14 De alguna manera la discusión no giró alrededor de lo planteado en el Manual de Bogotá, i.e con respecto a si en la medición se privilegian los indicadores cualitativos
frentes a lo cuantitativos (ej. la inversión).

15 Este punto generó amplio debate ya que se considera que las encuestas de innovación están orientadas al sector empresarial y, por lo tanto, orientadas principalmente
al mercado.